El Periódico de Aragón

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Editorial

El contexto de una nueva ola

La aparición de una subvariante de la ómicron está provocando lo que ya se intuye como la octava ola del covid en Aragón, con un aumento significativo de casi todos los parámetros de la enfermedad, con una incidencia acumulada que se cifra en 312 casos por 100.000 habitantes. Un número alcanzado a finales de febrero, cuando abandonábamos, despacio, la última ola provocada precisamente por ómicron. El número de hospitalizados ha pasado a 259 en una sola semana, 69 más que siete días antes. La crecida es clara y se encuentra al alza en las tres provincias aragonesas. Aunque los ingresados en las ucis, por contra, se hayan rebajado a solo tres en todo Aragón.

Sin embargo, suben los casos diagnosticados. 2.267 nuevos contagios se han detectado solo del martes al jueves de esta semana, 500 más que la semana anterior, sobre todo en mayores de 75 años.

Es evidente, pues, que el covid sigue entre nosotros y que conviene recordar en todo momento que sigue siendo una amenaza para la salud pública. Al mismo tiempo es necesario contextualizar los datos actuales. Porque la tasa de casos y su número nada tiene que ver con lo vivido en otras olas. La innegable incidencia de la vacunación masiva, el retroceso de la capacidad de mortalidad del virus y la aparición de variantes más contagiosas pero menos agresivas tienen que tranquilizar a una población que, poco a poco, ha ido habituándose a la nueva normalidad, sin más restricciones que las relativas a los transportes o a los centros sanitarios. Los casos más graves, además, se refieren ahora principalmente a personas de edad avanzada con alguna enfermedad de base.

Los expertos insisten en que el covid acabará siendo una enfermedad respiratoria más, con sus altibajos, pero al mismo tiempo recalcan las recomendaciones sobre el uso de la mascarilla de la población más vulnerable en espacios cerrados y la aplicación del sentido común en las interacciones sociales ahora normalizadas. Que el pico de esta ola se produzca en verano viene agravada por dos factores que encienden la alarma: las propias bajas entre trabajadores sanitarios y las vacaciones en un colectivo que en estos más de dos años ha llegado al límite. Con este panorama, Cataluña ha pedido, por ejemplo, al Ministerio de Sanidad que se adelante la cuarta dosis de vacunaciones a los mayores de 80 años.

Sin ceder al alarmismo, debemos ser conscientes de la necesidad de mantener la prevención para que los registros actuales no deriven en un hipotético colapso del sistema.

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