La zona del Bajo Aragón y más concretamente el triángulo que forman Andorra, Calanda y Alcañiz ha sufrido de forma severa los efectos del cambio climático en las últimas jornadas. La intensidad de las tormentas ha sido tal que la cosecha del melocotón de Calanda se puede dar por perdida en su práctica totalidad con lo que ello supone para quienes viven del sector agroalimentario en la zona. Además, a primera hora de la tarde, el granizo asoló Andorra tras descargar con fuerza y convertir sus calles en pistas de hielo ante el asombro de los vecinos que no recuerdan una tormenta de estas dimensiones. Hubo daño en cultivos, pero también en mobiliario, vehículos, casas y negocios. Hace solo unas semanas, un tornado causaba también graves destrozos en Alcañiz, otro de los grandes núcleos de población de la provincia de Teruel.
La meterología ha sido, sin duda, uno de los grandes enemigos del sector primario en Aragón en este 2022. Las heladas, el granizo y las altas temperaturas han provocado daños en más de 131.000 hectáreas en la comunidad durante los seis primeros meses del año, y los expertos vaticinan que estos episodios se repetirán, incluso con más violencia, en los próximos años, lo que hará necesario habilitar partidas e implementar ayudas. Ahora es el momento de hacer inventario de los destrozos causados en Calanda, Alcañiz y Andorra, pero dadas las circunstancias no estaría de más contemplar ayudas estructurales para hacer frente a estos episodios.
