El Periódico de Aragón

El Periódico de Aragón

Editorial

La izquierda aragonesa se apunta más a la resta

La izquierda política española vive unos momentos de cierta confusión. Después del impulso que le dieron todas las movilizaciones en las plazas del 15-M, su llegada a los gobiernos municipales, autonómicos y luego al estatal, le han llegado las crisis electorales y la vuelta a esas vicisitudes permanentes de las últimas décadas. La izquierda parece tener siempre la necesidad de unirse pero en numerosas ocasiones se ha presentado desunida. El nacimiento de Izquierda Unida pretendía esa fusión, pero luego la llegada de otras izquierdas, de otros movimientos populistas, provocaron nuevas alianzas que poco a poco se han ido rompiendo.

Aragón ha vivido en los últimos años muchos momentos de desunión. En el Parlamento aragonés conviven Izquierda Unida por un lado y Podemos por otro, y en el Ayuntamiento de Zaragoza también está este partido en un grupo municipal y Zaragoza en Común (ZeC), en otro. En Huesca y en Teruel se han vivido casos similares. Esto ha ido provocando una sucesión de amistades y enemistades que se van traduciendo poco a poco en hechos como la destitución el pasado viernes del portavoz del grupo de Podemos en las Cortes de Aragón, Nacho Escartín, a cargo de la secretaria general del partido, Maru Díaz. Casualmente, Escartín apoya a Yolanda Díaz en su proyecto Sumar, este que pretende unir a cuanta más izquierda mejor, pero que está encontrando muchas voces contrarias. El propio líder de ZeC y exalcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, también apoya la suma de izquierdas, aunque cuando intentó recientemente reunir en torno a este proyecto a gente de izquierdas de Aragón no encontró prácticamente más apoyo que el de IU.

La izquierda aragonesa parece seguir la tónica nacional y se apunta más a la resta que a la suma, lo que a la larga la condena a volver a ser la minoría parlamentaria o consistorial que ha mantenido en el final del siglo pasado y buena parte del actual. En algunas instituciones, de sus votos podrán depender gobiernos, pero en la mayoría, y no hay más que mirar los últimos casos electorales de Andalucía y Castilla y León, su papel será bastante irrelevante. Todavía se está a tiempo de evitar tanta división. Aragón, igual que el resto del país, necesita una formación a la izquierda del PSOE fuerte y cohesionada y se tienen que dejar ya de intereses personales y cuestiones del pasado. La derecha estará mucho más satisfecha de tener a la izquierda dividida que de tener una suma en condiciones. Tensiones como la que ahora hay en Podemos Aragón no ayudan en nada.

Compartir el artículo

stats