La reedición de los libros de EricVon Däniken contribuye a convencernos de que el interés popular hacia la vida extraterrestre y sus posibles interacciones con la Tierra no ha hecho sino aumentar desde que este autor especializado en lo sobrenatural publicase sus primeros trabajos, allá por los años setenta.
Däniken, por supuesto, está plenamente convencido de la existencia de civilizaciones interespaciales alejadas de la nuestra en enormes distancias, pero quizá no tanto en su manera de entender el desarrollo tecnológico o cualquier aspecto de una estructura social que no tendría por qué diferir tanto de la nuestra.
En esos especulativos planos, el investigador danés busca y encuentra opiniones similares a las suyas en muchos de los grandes científicos que han investigado el cosmos y sus fuerzas telúricas, desde Einstein a Carl Sagan. Prácticamente ninguno de los más relevante astrofísicos de las últimas décadas ha descartado la posibilidad de que la vida, tal como la conocemos, haya arraigado en otros planetas, siendo tan solo cuestión de tiempo descubrirla, estudiarla y, tal vez, compartirla.
En Regreso a las estrellas (Edaf), Däniken multiplica los indicios de posibles presencias de otros mundos en el nuestro. Así, los misteriosos dibujos en las llanuras del Nazca, tan solo visibles desde el aire, obedecerían a pistas de aterrizaje para aeronaves supersónicas procedentes allende la atmósfera. Determinadas representaciones en los relieves mayas y en manifestaciones arquitectónicas y artísticas de otras culturas precolombinas nos estarían dando pistas sobre la llegada de astronautas. La propia evolución humana, con la rápida transición del simio al sapiens y su jerarquización tribal inspira a Däniken la idea de que bien pudimos haber recibido ayuda tecnológica desde el exterior, acelerándose incluso el desarrollo de nuestros cerebros mediante técnicas de inteligencia artificial muy prematuramente utilizadas.
Desde la Isla de Pascua a los textos sagrados hindúes, Däniken cree descubrir toda clase de muestras, pistas, indicios de la presencia de extraterrestres. Como él, cada vez son más quienes creen que hemos sido invadidos o, al menos, visitados, siendo prueba de ello la incontestable realidad de que sus libros no dejan de reeditarse, ni sus lectores, muchos de ellos casi fanatizados, de crecer en su número y en su insobornable fe.
