Opinión
El conflicto del bus abre una nueva etapa
Si no hay grandes novedades durante el fin de semana y el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, cumple con lo dicho este viernes, el conflicto del autobús urbano se encamina hacia una nueva etapa que podría desembocar en el fin de los paros, al menos de forma provisional. El comité de empresa de Avanza solicitó el pasado jueves que el primer edil convoque a las partes y esté presente en la negociación para desatascar el conflicto. Azcón accedió a la espera de recibir la propuesta oficial, algo que se producirá, previsiblemente, este lunes.
Si finalmente se da ese primer paso supondría la suspensión de los paros en el servicio de bus urbano, una movilización que ha traído de cabeza a los zaragozanos durante las Fiestas del Pilar y, de forma intermitente, durante más de un año. Eso sí, los representantes de los trabajadores se guardan debajo de la manga el as de un referéndum que, en función de cómo transcurran las negociaciones podría desembocar en un recrudecimiento de los paros, pasando de tres a seis horas diarias.
Esta maniobra del comité de empresa revela de nuevo que a los sindicatos mayoritarios les gusta jugar con las cartas marcadas, ya que se niegan a llevar la propuesta del Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) a referéndum pero somete a ese mismo criterio el recrudecimiento de la huelga, una cuestión sobre la que deberá decidir la plantilla en su conjunto el próximo 2 de noviembre. Por ahora, los sindicatos han actuado en bloque y han apoyado la huelga. La plantilla también ha secundado los paros de forma mayoritaria, a pesar de que la última propuesta del SAMA contempla una subida de salarios del 8,55% con una cláusula del 12% y salarios que superan, en algunos casos, los 40.000 euros brutos anuales.
En los últimos días han comenzado a surgir las primeras discrepancias en el seno del comité de empresa e incluso algunos sindicatos han mostrado su malestar por la actitud de Sattra a la hora de ser receptiva a las propuestas de otras organizaciones. Otra cosa es lo que piense cada integrante de una plantilla que apenas ha presentado fisuras, ya sea por convencimiento o por miedo a represalias.
El objetivo último de los sindicatos, en cualquier caso, debe ser velar por los derechos de los trabajadores y, al mismo tiempo, tratar de favorecer el buen clima laboral y el diálogo social, asuntos estos últimos en los que suspende claramente.
Los próximos días serán decisivos para definir el rumbo de un conflicto que exige una reflexión más madura, tanto por parte del comité como de la empresa concesionaria del servicio Avanza. Puede ser la última bala.
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