El Periódico de Aragón

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Nicolás Espada

Decepción, no victimismo

El Gobierno central ha dejado alimentar una ilusión en Teruel con la ubicación de la Agencia Espacial Española, y de pronto la frustró. Ha generado un problema donde no lo había. Pero lo peor que puede pasar es que Aragón caiga en el victimismo.

De Teruel al cielo. Este es el lema elegido para la candidatura de la provincia aragonesa a ser sede de la Agencia Espacial Europea y que, de repente, el mismo agente que ofertó la acción, la hace estallar por los aires: el Gobierno central. Se ha pasado de la ilusión a la decepción sin saber realmente por qué. Ese y no otro es el problema, porque ha generado un enfado que, aparentemente, no tiene una clara razón. El malestar es normal. Pero no se debe caer en el victimismo. Teruel y Aragón han demostrado en muchas ocasiones que se pueden tener apuestas estratégicas propias, sin depender de Madrid. Y esas, sin pedir permiso a nadie, han funcionado muy bien.

La historia comienza en el momento en que desde la Moncloa se hace una conexión entre la sede de la Agencia Espacial Española y la España despoblada. Se vendió como una forma, innecesaria por otra parte, de poner en marcha políticas de activación de esos territorios con pocos habitantes conectándolas con la descentralización política y administrativa. Podría estar bien, pero cuando resulta que lo que se necesita para tener esa sede es un aeropuerto cercano con vuelos internacionales y una línea de AVE, se rompe toda esa conexión y lo que todavía es peor, el desenlace se encamina hacia los criterios que tanto se quieren desterrar desde la España despoblada. La pregunta, por el momento, no tiene respuesta: ¿por qué se ha hecho esto? Como esos criterios no se han sabido hasta hace cuatro días, en Aragón y en Teruel comenzó a fraguarse una ilusión. En Teruel, muchos fueron los que pensaron, con razón, que la provincia aragonesa tenía posibilidades de albergar la sede de esa agencia, se hicieron videos, puestas de largo, productos de mercadotecnia, y, sobre todo, se generó en la población un tremendo efecto iluso. Efecto que, evidentemente, contó con la alimentación del Gobierno de España, que en ningún momento puso freno a la ambición aragonesa explicando lo que hoy se ha conocido: que no puede ser y además es imposible. Es cierto que desde la Moncloa no se prometió nada, pero ¿por qué se ha querido generar este problema?

Es posible que la Agencia Espacial Española sea lo menos indicado para descentralizar, puede ser, pero lo podían haber dicho antes. Porque los esfuerzos que desde Teruel y desde el Gobierno de Aragón se han hecho se podrían haber dirigido hacia otras cuestiones que quizás funcionarían mejor. La comunidad ha tenido muchas estrategias propias, y ahora muchas de ellas se están recordando con motivo de los 40 años del Estatuto de Autonomía de Aragón. Se ha demostrado que si en el territorio se elaboran proyectos autóctonos, que no requieren de ningún apoyo exterior, se consigue orquestar todo, sale bien y, además, nos va bien. En Teruel hay ejemplos, como el aeropuerto de Caudé, pero es que en el conjunto de la comunidad están las plataformas logísticas de las tres provincias que se han convertido, con el tirón de la de Zaragoza, en un producto made in Aragón, que funciona, y muy bien. Tenemos buena ubicación geográfica, los climas social y político son muy buenos y eso ayuda sobremanera... Si se recibe un empujón del Gobierno central, mejor, pero lo que no hace falta es que pongan zancadillas.

Porque con la decepción de Teruel hay un riesgo: el victimismo. Aragón ha tenido momentos muy victimistas y buena parte de la población se ha echado en brazos de él hace ya unos años. Pero ahora no debemos caer en eso. Ni a Aragón le persiguen los malos de Madrid ni Teruel está abandonada. Podemos enfadarnos de cómo nos han generado desde el centralismo madrileño un problema innecesario, pero si Teruel no puede ser la sede de la Agencia Espacial Española, pues que se busquen alternativas, que las hay. Que lo que se tenga sea un gran enfado, una enorme decepción, pero que no se caiga en ser víctima de nada. Hay colectivos a quienes parecen encantarles ese papel, pero es de otro tiempo, no del siglo XXI. En Teruel se han hecho muchas cosas en los últimos años y han llegado desde Aragón. Quizás también desde el centralismo de Zaragoza, pero han llegado. Seguro que hace falta una mayor cohesión territorial, pero no pensemos que la única manera que tenemos de conseguirla es trayendo la Agencia Espacial Española a Teruel.

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