Opinión

El gran desafío de la izquierda aragonesa

Podemos, IU, ZeC y CHA están obligados a hacer un esfuerzo por recuperar la unidad si quieren tener algo que decir en mayo de 2023

Quedan poco más de siete meses para las elecciones autonómicas y municipales y el reto al que se enfrenta la izquierda aragonesa es mayúsculo. Podemos, CHA, Zaragoza en Común (ZeC) e Izquierda Unida (IU) tienen la complicada misión de definir su hoja de ruta para encarar unos comicios en los que se juegan algo más que unos escaños. Algunas de estas formaciones se juegan su supervivencia, su reputación y su identidad, algo básico para seducir a sus potenciales votantes, que esperan encontrar en ellas un referente.

La unidad deseada en torno a un proyecto que pivote sobre un común denominador emerge como una de las grandes esperanzas de la izquierda en la comunidad. Al menos, es la condición sine qua non para que estos partidos puedan recuperar el pulso que perdieron en las elecciones de 2019 y forjarse un horizonte que permita albergar ciertas esperanzas. No será fácil, más bien al contrario. La cuadratura del círculo de la izquierda es tan compleja que a veces más bien parece una utopía. Sin embargo, ya ha habido algún intento por sintonizar, según avanza este diario en la edición de hoy.

Podemos, IU, ZeC y CHA han dejado pasar la primera oportunidad, ya que estas formaciones llegaron a pactar una fecha para sentarse en torno a una mesa y abordar su futuro en la capital aragonesa, donde el PP de Azcón sepultó las esperanzas de la socialista Pilar Alegría --que ganó las elecciones municipales en Zaragoza-- gracias al apoyo explícito de Ciudadanos y el respaldo (implícito) de Vox.

Varios de los protagonistas que estuvieron en el epicentro del cambio de escenario político que vivió la capital aragonesa en 2015 fueron Pedro Santiesteve, Alberto Cubero y Luisa Broto. Ellos pilotaron el Ayuntamiento de Zaragoza durante cuatro años, pero ese capital de ilusión ciudadana se hizo añicos durante esa legislatura, tal y como reconocieron el pasado día 9 en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. El error, señalaron, estribó en que «fuimos ingenuos y generamos demasiadas expectativas de cambio», a lo que se unió el acoso y derribo que sufrieron Podemos y sus confluencias a lo largo y ancho de todo el país durante esos cuatro años. Estos tres protagonistas han decidido dejar la vida política, pero esa experiencia ha de servir de aprendizaje.

El escenario económico y social al que se enfrenta Aragón, pero también España y el conjunto de Europa es más que enrevesado, pero esa crisis puede ser sinónimo de oportunidad para los partidos de la izquierda. La ortodoxia europea ha pasado a mejor vida y ahora Bruselas pero también Estados Unidos apuestan por un marco totalmente diferente en el que partidos como IU, CHA, ZeC y Podemos tienen mucho que decir. El alto coste de la vida, la necesidad de reforzar las políticas sociales y la apuesta por una reforma fiscal más progresiva interpelan directamente a estas formaciones, que tienen dos opciones: trazar una hoja de ruta clara, consensuada y sólida que vaya más allá de mensajes cortoplacistas o tirar la toalla y concurrir a los comicios cada uno por su lado.

Los partidos que forman parte del cuatripartito de Lambán (Podemos y CHA) también tienen el horizonte despejado para diferenciarse de las propuestas de un PSOE aragonés que afianza su apuesta por conquistar el centro político en la comunidad a costa de Ciudadanos, quizá del PAR y posiblemente de muchos de los votantes de esa izquierda aragonesa que navega sin rumbo definido.

La plataforma Sumar de Yolanda Díaz, que no concurrirá a las elecciones autonómicas y municipales pero sí lo hará casi con toda seguridad a las generales, puede ser una referencia válida, pero el problema es que el tiempo se agota. CHA se juega su regreso al Ayuntamiento de Zaragoza y su presencia en las Cortes, Podemos retomar la ilusión que generó tras la crisis de 2008, ZeC recuperar lo que un día fue e IU sumar más apoyos como oposición activa. La pelota está en el tejado de la izquierda, pero el problema es que el mes de mayo está a la vuelta de la esquina. Ha de ser ahora. H

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