Al viejo árbol

Huesca y el Fite

Álvaro Sierra

Álvaro Sierra

En plena crisis por la despoblación de gran parte de la España interior, y donde parece que solo es Teruel la que merece mejor trato, surge la crítica razonada y justa del socialista Miguel Gracia. ¿Por qué Huesca no tiene el cariño millonario del que goza Teruel desde hace décadas? La provincia disputada de Teruel, entre los de Guitarte y el PSOE de Lambán, ha recibido más de 1.200 millones de euros desde hace 30 años mediante el Fondo de Inversiones de Teruel (Fite). Esta inyección millonaria ha hecho que la provincia tenga un PIB superior a la media nacional y un desempleo inferior. Y alguno de esos fondos recibidos mediante el Fite han quedado acreditados como de dudosa rentabilidad y algunos otros de muy cuestionada necesidad. La Cámara de Cuentas ha sido crítica en múltiples ocasiones. Especialmente en el caso de Motorland, un capricho del Gobierno aragonés que cada año pierde dinero y no genera el impacto que se prometió.

Mientras Teruel llena titulares por la queja ficticia de algunos que dicen estar más cerca del medievo que de una provincia pujante, es Huesca la que de una manera callada ha estado diversificando su economía y siendo líder en sectores cruciales. Pero hasta cierto punto hay que estar en silencio. La provincia oscense tiene las mismas carencias que Teruel, y si los déficits de la provincia del sur merecen un plan especial de inversiones, ¿por qué no Huesca? La provincia altoaragonesa tiene grandes carencias históricas que año tras años van dejándose arrinconadas, como el actual sistema de financiación para las provincias o las competencias impropias adquiridas.

Por no hablar del agravio respecto a Zaragoza: ¿por qué la diputación zaragozana recibe millones de más cada año por contabilizar a la población de la ciudad cuando no sirve servicios en ella? Ya vale de dejar a Huesca en un cajón.

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