EL MIRADOR

Los espejos deformantes

Carmen Pérez Ramírez

Carmen Pérez Ramírez

Nos suelen decir que los políticos son el espejo de la sociedad. ¿Esto significa que a los ciudadanos se les otorga la responsabilidad de lo que hacen o dejan de hacer los responsables políticos? Sería como si nos viéramos en espejos deformantes de los que hay en los parques de atracciones. También se dice que tenemos los políticos que merecemos (otra frase al uso), tampoco es así. Las elecciones democráticas nos ofrecen la libertad de elegir, pero suelen venir con propaganda edulcorada y bañada en soluciones de prosperidad por sus actores políticos y, cuando nos ofrecen solventar las carencias y problemas sociales instalados desde décadas, creemos lo que nos cuentan los candidatos y les votamos. Luego vienen las distancias en lo que «Donde dije digo, digo Diego». Creo que el espejo es a la inversa, la sociedad es el reflejo de los políticos. Un espejo que influye en la forma de vida de los ciudadanos, por lo tanto si una población no tiene una buena asistencia sanitaria pública, si la pobreza energética se ha instalado para quedarse, si los sueldos de los trabajadores no se sostienen, si su sistema educativo deja importantes lagunas del conocimiento, los ciudadanos tenemos unos condicionamientos que nos posicionan en una desestabilización, generando un bajo nivel social y cultural y una perturbada convivencia.

Sabemos que la situación de nuestro país no es la que deseamos, no es muy buena. El sentido del equilibrio, de cordura, solvencia y cumplimiento se está perdiendo. Los poderes fácticos no ayudan, el gobierno de España está hipotecado con intereses variables, por lo tanto seguimos inmersos en una crisis extraña, imprevisible y muy preocupante. Según dice la Ley: «Los derechos de los consumidores y usuarios serán protegidos prioritariamente...». La cesta de la compra cada vez sale más vacía del supermercado, debido a que los precios van subiendo exponencialmente cada semana desde el comienzo de este año. Esto debería ser de especial atención por parte del Ministerio de Consumo, en su lugar nos distraen con la verborrea de sus batallas lingüísticas.

La responsabilidad que tienen que asumir los dirigentes políticos para conseguir un sólido gobierno no es fácil. Por lo que hay que tener en cuenta que los ciudadanos también tenemos un importante compromiso en el funcionamiento del país. Tendemos a escabullirnos anteponiendo demasiadas excusas para ir más ligeros de carga, pero si fuéramos más conscientes de lo que nos pertenece, de lo que es el bien común, de lo que es el patrimonio público, quizá estaríamos más comprometidos para ayudar a que todo funcionara mejor, por lo que existiría un mayor fundamento y sería un ejemplo de espejo convexo ante la ignominia de algunos políticos que están en el Gobierno de la Nación. Somos un gran país con importantes liderazgos en muchas esferas de la sociedad, pero para que pudiera mejorar nuestro modus vivendi los ciudadanos tendríamos que hacer más, asumir funciones basadas, sobre todo, en el respeto.

Suscríbete para seguir leyendo