CRUCE DE CAMINOS

La partida de ajedrez de Stellantis

La negociación del convenio será el clave de bóveda de un año en el que se anunciarán decisiones estratégicas para Figueruelas

La campa de coches de Stellantis en Figueruelas, llena.

La campa de coches de Stellantis en Figueruelas, llena. / ÁNGEL DE CASTRO

Ricardo Barceló

Ricardo Barceló

Todos los años son decisivos para el sector del automóvil. La dependencia que tiene Aragón de una actividad que aporta tanto empleo (26.000 empleos), riqueza (el 6% del PIB), tecnología, exportaciones (casi un tercio del total de la comunidad) y expectativas hacen que el foco siempre esté puesto en este motor de la economía que encara un 2023 trascendental. Como todos, vamos. La diferencia es que a finales de enero comenzará a negociarse un convenio colectivo que dará muchas pistas sobre qué es lo que espera la multinacional pilotada por Carlos Tavares de la planta aragonesa y cuál será la capacidad de los sindicatos para tratar de encontrar un equilibrio entre lo posible y lo deseable.

El escenario no es el mejor para sellar un pacto laboral que marcará las condiciones laborales de unos 5.000 trabajadores y la senda de la industria aragonesa en los próximos cuatro años. La negociación llega con una inflación que comienza a moderarse pero que se mantiene todavía en niveles cercanos al 6%. Este será uno de los grandes escollos para compatibilizar los intereses de la empresa y los de una plantilla que no quiere ni oír hablar de perder poder adquisitivo.

El contexto, sin embargo, tiene muchas otras aristas. La principal es la estrategia del grupo automovilístico. Se conocen algunas pinceladas, pero el trazo fino, el que condicionará el futuro de la factoría zaragozana, es una incógnita. ¿Cuántos nuevos modelos llegarán? ¿Cuándo será su lanzamiento? ¿Qué noticias traerá la plataforma Stella, sobre la que pivota el futuro de la multinacional? ¿Habrá una o dos líneas de producción en Figueruelas? ¿Será 2023 el punto de inflexión hacia la electromovilidad para una factoría que cerró 2022 con un 14,5% de producción de coches eléctricos? ¿Qué efectos tendrá ese cambio de paradigma en el empleo?

El empleo, precisamente, parece ser la prioridad de los sindicatos en la nueva etapa que ahora se abre, aunque será difícil mantenerlo porque la progresiva electrificación reducirá la necesidad de mano de obra en las cadenas de montaje entre un 30 y un 40%. Seat, por ejemplo, ya ha pactado un nuevo convenio para las plantas de Martorell, Barcelona y El Prat de Llobregat, en el que se recogen 1.330 salidas voluntarias hasta 2026. Mientras, Ford en Almussafes (Valencia) también meterá la tijera al haber un excedente de unos 1.500 trabajadores y Volkswagen negociará el nuevo convenio este mismo año. El panorama, en definitiva, es gris oscuro. Y todo ello se produce en plena caída de las matriculaciones. Solo en España se han vendido un 5,4% menos de coches en 2022, aunque el desplome en Aragón ha sido mucho mayor, de hasta el 35%. Además, los efectos de la desaceleración de la economía y la caída del consumo llevará a media Europa a un escenario de recesión, lo que no anticipa buenas noticias para Stellantis Zaragoza que exporta más del 90% de lo que produce.  

El empleo es prioridad de los sindicatos, aunque será difícil mantenerlo porque la progresiva electrificación reducirá la necesidad de mano de obra en las cadenas de montaje entre un 30 y un 40%

Eso sí, la esperanza es que la crisis de los microchips remita pronto, aunque ahora la falta de conductores en Europa ha dejado en la campa de Figueruelas –y la de muchas otras factorías en todo el país— a miles de vehículos que esperan llegar a su destino más pronto que tarde. La logística, esa gran olvidada, sigue ganando enteros para convertirse en una de las piedras angulares de la economía y de las empresas. Lo ha sido siempre, pero la pandemia del covid, la rotura de la cadena de suministros, la falta de componentes y el coste del transporte la han posicionado como indispensable.

Otra de las claves es la energía, por supuesto. Y de eso también sabe mucho la planta de Stellantis en Zaragoza. La compañía prevé que la instalación de placas fotovoltaicas y los aerogeneradores que se levantarán este año permitan cubrir sus necesidades de electricidad en un 80% a finales de este año, lo que elevará la competitividad de la planta. El tercer factor que genera expectativas para Figueruelas es la llegada de fondos procedentes del nuevo Perte del Gobierno. Pero el reparto de la tarta es incierto.

De momento, habrá que negociar el convenio colectivo con sentido común y cruzar los dedos. 

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