AL MARGEN

El sufrimiento mental

Marian Rebolledo

Marian Rebolledo

Ayer escuché una entrevista con la psicóloga Belén Hernández Zoido. Contaba el caso de un chaval sin recursos económicos (a pesar de trabajar en una fábrica) para pagarse una buena atención psicológica. El chaval estaba muy mal, con riesgo serio de suicidio, y desesperado acudió a Urgencias. Le atendieron y le citaron para una consulta en Psicología: el 15 de enero de 2024. Los que saben dicen que una persona que se suicida no quiere morir, sino que quiere dejar de sufrir. El sufrimiento físico degrada, pero el psíquico es como una carcoma que te roe por dentro: imaginen recibir la carta con la cita para un año después. Entre los jóvenes de hoy se ha instalado la idea de que no tienen futuro. De que da igual que estudies una ingeniería o entres a trabajar en una carpintería: cobrarás un sueldo ínfimo y podrán echarte cuando quieran. La psicóloga Hernández Zoido contaba que ella atiende al joven de forma gratuita, pero que él se siente humillado por tener que recibir caridad mental cuando trabaja y paga sus impuestos, y debería ser el Estado quien atendiera su dolencia. También decía que se ha instalado entre la juventud la idea de que es la primera generación que vivirá peor que la de sus padres. No, añadía: es la primera generación de padres que no sabe cómo ayudar a sus hijos. Porque ¿qué les dices cuando no tienen sueños de futuro? A los padres les digo, nos digo, que deberíamos intentar meternos en la cabeza de nuestros hijos, no despreciar su dolor, sino compartirlo. Al final, por mucho que nos duela, la sociedad de hoy la hemos construido nosotros con nuestras decisiones. Y a los políticos de los que dependen la Sanidad, ya no les digo nada. Seguro que muchos de ellos tienen hijos.

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