INTELIGENCIA EMOCIONAL

Aragón des-PAR-asitado

Nerea Vadillo

Nerea Vadillo

Díscolos; críticos; traiciones; pucherazos; sentencias judiciales abiertas y pendientes; incumplimiento de los estatutos; ceses de cargos representativos, a golpe de maza; moción de censura... Suma y sigue. Sí, hablamos del culebrón Aliaga contraataca, en el que su protagonista es el principal responsable de todo el cambalache en el que anda envuelto un partido como el PAR, que hace unos pocos días cumplía 45 años, pero sin nada que celebrar. A poco más de dos meses de las elecciones municipales y autonómicas, la situación del Partido Aragonés no podría ser más crítica: sin candidatos, con una imagen de marca de partido arruinada, y con un rey cuyo reinado llega a su fin. Pues, incluso en el mejor de los escenarios, en el que Aliaga no tuviera que abandonar su trono (algo poco probable en este momento en el que el descontento generalizado con las formas de hacer del presidente es de tan magna dimensión), el futuro del Partido Aragonés está puesto en entredicho. El espectáculo público dado, tan lamentable, ha visibilizado la falta de capacidad ejecutiva y de limpieza democrática del PAR, obstáculos que van a ser difíciles de salvar en las urnas. Si a ello le sumamos la aparición en escena de la nueva agrupación política aragonesista lanzada por los críticos del PAR, Aragoneses, con Allué a la cabeza, «el partido para la refundación del aragonesismo», que ya ha hecho un llamamiento a militantes, concejales y alcaldes del PAR para seguir trabajando por Aragón, en los temas históricamente abanderados por el PAR, pero en un partido sin lastres y con alma constitucional... el panorama político aragonés se empieza a configurar sin su tradicional partido bisagra. Son tiempos para un Aragón, des-PAR-asitado.

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