INTELIGENCIA EMOCIONAL

La debacle escocesa-aragonesa

Nerea Vadillo

Nerea Vadillo

En qué se parecen Aragón y Escocia? Pensarán que he errado el tiro, que la comparativa correcta sería entre Cataluña y Escocia. Pues no, hablamos del mismo mal que comparten las tierras inicialmente mencionadas. Pero, no precisamente, el de la despoblación territorial, que también, sino que nos referimos a un fenómeno totalmente de actualidad, que ocupa los titulares de los tabloides escoceses y aragoneses. Sturgeon (la exprimera ministra de Escocia) versus Aliaga (el expresidente del PAR), dos líderes políticos de gran empaque, que han perdido el norte haciendo políticas personalistas y no de partido, y a los que sus antojos y empecinamientos les han llevado al mismo lugar, a un fuera del juego político, repudiados por los de su propio linaje, que hartos de ser la voz de su amo se rebelan contra él (reina y rey destronados por los de su misma estirpe).

Por otro lado, dos partidos, el SNP y el PAR, en los que deberá elegirse nuevo líder y decidir exactamente el camino a seguir: si continuar llevando como estandarte el independentismo en el caso escocés, y si mantener la apuesta por la defensa a ultranza del aragonesismo en el aragonés, o bien dejar que sean otros partidos de nuevo cuño, Alba (creado por Salmond, el exministro predecesor de Sturgeon) y Aragoneses (liderado por Allué, una de las históricas del Partido Aragonés), los que se hagan con el testigo. Como ven, dos escenarios, misma tesitura. Curioso, cuando menos, pero no tan significativo en estos tiempos que corren, donde la semilla que prolifera en las esferas políticas no es otra que la que prioriza el sostenimiento de costosos reinos de taifas, y en absoluto tiene como primer objetivo trabajar por el bien común sino que tan solo busca alimentar egos, obsesiones y bolsillos.

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