Las y los artistas visuales en el panorama actual

Carmen Pérez Ramírez

Carmen Pérez Ramírez

Para tener un conocimiento histórico de la trayectoria profesional de las artistas visuales, sin duda, es imprescindible ahondar a través de proyectos expositivos y estudios académicos. Han pasado años intentando sacar a la luz la dilatada carencia de esas artistas, desconocidas por haber sido apartadas del panorama histórico del arte. Hace unos años tuve la oportunidad de visitar el National Museum of Women In The Arts de Washington y conocer su extensa colección, que abarca obras desde el siglo XVI con artistas como Sofonisba Anguissola, Lavinia Fontana…, hasta el siglo XXI con Louise Bourgeois, Mary Cassatt, Judy Chicago, Frida Kahlo, Shirin Neshat o Faith Ringgold. Se exhiben cerca de 5.000 pinturas, esculturas y fotografías pertenecientes a más de 1.000 autoras.

Además se realizan exposiciones temporales de creadoras contemporáneas, una manera de dinamizar la actividad del museo y crear un interés para el público. Los museos dedicados a la mujer se extienden por varios países como el Museo de la Mujer Henriette Bathily o el dedicado a Florence Nightingale en Londres, fundadora de la enfermería moderna, o el de Bonn en Alemania. Debido a las divergencias geográficas y culturales, algunos de los considerados museos son en realidad centros de documentación o asociaciones de intercambios culturales. Los museos dedicados solo a obras realizadas por mujeres son muy escasos en el panorama internacional. Lo importante sería una integración de las obras de las artistas en los museos provinciales y nacionales, algo que se lleva demandando desde hace mucho tiempo.

Por otro lado el tema de la mujer y su visualización, en los últimos años, viene acompañado en nuestro país por una extensa politización que enruna lo fundamental y no deja desarrollar un acuerdo social que comparta unitariamente las mismas demandas –sin entrar en la incapacidad política que hay para disminuir la violencia que sufren tantas mujeres–. En lo que respecta a las artistas visuales, la percepción es que su visualización se está convirtiendo en algo recurrente e infructuoso. Los creadores llevamos décadas integrados en asociaciones y colectivos de mujeres y hombres trabajando para conseguir una mayor atención en el panorama cultural. Seguir con una política expositiva de grupos de creadoras, en solitario, siempre me ha generado cierta tristeza y prevención, sería comparable a dejar en la oficina o en la fábrica a las mujeres en espacios diferenciados para hacerlas más visibles –algo parecido es lo que propuso en la feria de Arco 2021 su directora Maribel López en Proyectos de Artistas a la creación de mujeres–.

Somos conscientes de que la historia de la emancipación de la mujer sigue siendo una carrera de fondo con obstáculos muy concretos. Muchas se quedaron en el camino, pero ya ha pasado suficiente tiempo para constatar que su participación en las escuelas y facultades de Bellas Artes es mayoritaria. Con lo cual, para que la cultura y el arte, al que tanto han aportado en la historia de la humanidad, sigan creciendo se ha de trabajar con conceptos integrados en la sociedad, en un conjunto igualitario, sin apartados, sin exclusividades, para conseguir una visión real y de normalización.

Suscríbete para seguir leyendo