VIRANDO A BABOR

Así de claro

Miguel Miranda

Miguel Miranda

Se dan todas las circunstancias para poder sentarme ante la televisión y seguir el esperpéntico vodevil sin música organizado por Vox y Tamames. Así que... pues no. No lo voy a ver. Me conformaré con los resúmenes que ofrezcan los medios y los comentaristas en los que confío. Tengo mil cosas más interesantes en las que emplear el tiempo. Guardo recuerdos de haber estado en un mitin del personaje en la antigua feria de muestras cuando decía defender a los trabajadores, en aquel tiempo en el que el futuro se adivinaba pleno de esperanza y de cambio. Luego te enteras, lo ha contado Juan Barranco, el último alcalde socialista de Madrid, de que todavía en la clandestinidad, acudió al despacho del economista para que les asesorara en un convenio y accedió, eso sí, queriendo cobrarles 100.000 pesetas cada folio de su informe. Lo ha escrito Esther Palomera en eldiario.es. Menuda tarifa quería cobrar el personaje a una cuadrilla de sindicalistas desarrapados que se jugaban la vida en pleno franquismo. Después se reveló como un traidor, tal y como algún otro le soltó en su propia cara cuando sumó su voto a la derecha para conseguir la Alcaldía. Y en estas sigue. No es un caso único. Conozco personajes parecidos que vendían sus servicios a los Comités de Empresa, incluso con comisión en B incluida, mientras cultivaban su imagen progresista y obrerista. Todo mentira. La pela es la pela. Hay quien se construye un personaje sobre imágenes falsas, incluso sobre currículums falsos, adscribiéndose falsamente a la defensa de unos ideales políticos. Pero no quiero caer en un mensaje antipolítico, que es lo en realidad hacen los de Vox y el traidor Tamames. Psicópatas vanidosos, narcisistas y más falsos que la falsa moneda los hay en todos lados. Solo que se espera, al menos de los partidos de izquierda, que los detecten y los manden a hacer puñetas. Pues ya verán como alguno se sigue colocando para no tener que... trabajar. Así de claro.

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