TERCERA PÁGINA

Ante un nuevo recorte

No nos conformamos con que esta reforma de las pensiones no sea tan nociva

Las organizaciones sindicales debemos tener una mirada crítica y constructiva, pero siempre desde una perspectiva de clase, y más en un escenario en el que nos encontramos con un gobierno de izquierdas, que en materia laboral aplica políticas neoliberales, por lo tanto, no nos podemos conformar con que esta reforma de las pensiones, no es tan nociva para la clase trabajadora como la que hubieran hecho otros.

Este nuevo acuerdo anunciado a bombo y platillo por el Gobierno del Estado español, vuelve a ensalzar el modelo de concertación y diálogo social que solo trae perdida de derechos o retrocesos para la clase trabajadora, mientras se intenta invisibilizar, al igual que se hizo con la reforma laboral, los aspectos más lesivos de la misma.

Como primer punto, se da por bueno el aumento de la edad de la jubilación a los 67 años y que, para el cálculo de las pensiones, ya no se tomaran los 25 años de la reforma del 2011, sino que de un plumazo pasamos a 29 años, de los que podremos descartar los dos que consideremos, lo que va a suponer unas pensiones más bajas en el futuro.

Esta reforma vuelve a aumentar los años para el cálculo y supone una pérdida de la cuantía de las mismas. Desde 2011 la reducción de las mismas ha caído un 5%. A lo que tendremos añadir lo que se derive de esta reforma. Como apunte, según el Banco de España, cada año de aumento del período de cómputo supone una reducción del 0.5% de la pensión.

Siendo cierto que esta reforma aumentara los ingresos y creemos que es en esta dirección por donde se debe caminar, es totalmente insuficiente; genera una nueva cotización que denomina solidaria, sin ningún tipo de progresividad y lo que es más perjudicial para la clase trabajadora: se acuerda un incremento de las cotizaciones mediante la aplicación del MEI, pasando del 0.6% actual al 1,2% en 2029.

Sorprendente es que, tras «destapar» las bases máximas de cotización, la subida se sitúa solo en el 1,2% por encima del IPC, sin concretar la posibilidad de aumentar la pensión máxima.

Es curioso que ya no se hable de la caja de las pensiones, ni de su vaciamiento para otros fines que no sean para el que se creó, no proponiendo otras medidas, mientras las empresas siguen acogiéndose a bonificaciones, deducciones...

No podemos olvidar que la reforma establece un tope al gasto de las pensiones, dando a la Airef la potestad de analizar (recortar) si se está respetando el límite de gasto de las Pensiones y proponer medidas para el caso de que no se cumpla, lo que parece una clara amenaza para nuestro sistema público de pensiones.

Como conclusión, se mantienen los recortes de la reforma del 2011, se amplían los años para la cuantía y el calculo de las pensiones, se sustituye el factor de sostenibilidad por el MEI, se anuncia una reforma de la jubilación parcial en los próximos meses y no se eliminan las trabas y recortes para el contrato de relevo.

Mirando con envidia sana a nuestros vecinos, ¿cómo es posible que, por alargar la jubilación en Francia a los 64 años, los agentes progresistas se opongan y se movilicen en contra del aumento de las pensiones y aquí solo unos pocos levantemos la voz en contra del establishment? Desde OSTA os damos la respuesta: el dialogo social es el problema y nunca será una solución.

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