TERCERA PÁGINA

Responsabilidad

UGT ha hecho de la búsqueda de soluciones, el dialogo y el acuerdo, sus señas de identidad

En abril de 2016 presenté mi candidatura a la Secretaría General de la UGT aragonesa. No pudo ser. No conseguí convencer a una mayoría suficiente de delegados de que mi propuesta de cambio radical era necesaria o por lo menos conveniente. Venció la continuidad representada por Daniel Alastuey.

Durante estos siete años he permanecido en silencio. No he abierto la boca, ni he escrito cosa alguna sobre la marcha del sindicato. No ha sido por indiferencia o despreocupación. Algunas personas muy cercanas saben de mis dientes apretados y de mis enfados ante situaciones con las que no estaba de acuerdo. Creo que pertenecer a una organización seria como la UGT requiere contribuir a su buena marcha con el respeto a las decisiones mayoritarias, es decir con el respeto a las normas internas y con la colaboración que sea precisa. No, no lo he hecho por indiferencia, me he mantenido en silencio por responsabilidad.

UGT ha hecho de la búsqueda de soluciones, el dialogo y el acuerdo, sus señas de identidad. Pase lo que pase y cueste lo que cueste, nuestras secciones sindicales y federaciones trabajan sabiendo que se deben al bien común de los trabajadores y de los ciudadanos. Esto a veces no es popular ni entendido, pero a estas alturas es ya una constante que toda la acción sindical y social ugetista se rige por el principio de responsabilidad.

Por eso resulta tan sorprendente que el máximo dirigente de UGT Aragón haya abandonado este rasgo de nuestra personalidad y haya anunciado que abandona su cargo y vuelve a la vida política. No es el primero que hace este recorrido. Sí es el primero que lo hace de ida y vuelta. Pero no es por esto que considero incorrecto lo ocurrido. Toda persona tiene el derecho y a veces el deber, de participar en la vida política de su comunidad. Nada que decir a esto. Pero en el caso de un secretario general de UGT la responsabilidad exige condiciones.

La primera es que el abandono del cargo ha de hacerse cuando la situación de la organización sea mejor que la que había cuando se ocupó. Irse habiendo cumplido objetivos, dejando altos los números, pudiendo presentar una buena gestión, es más que aceptable. Los anteriores casos a los que me he referido, los saltos a la política se hicieron con una UGT en pleno ascenso, creciendo y logrando cotas que ahora todos añoramos. No es el caso de la del año 2023. No se han cumplido los objetivos que se marcaron en los Congresos que eligieron a la actual dirección. No son buenos los números. No ha habido buena gestión. No ahondaré en este análisis, solo diré que abandonar ahora es todo lo contrario de una actitud responsable.

La segunda condición es que cuando se da el salto se ha de haber previsto la continuidad de la dirección. Se debe haber preparado con tiempo, el cómo y el cuándo se va a producir el relevo. Hay que asegurarse de que los procesos estatutarios consignados para situaciones como esta se hagan con el menor daño a la organización. Pero sobre todo para que de ninguna manera se produzca una situación de falta de dirección. Para nuestra sorpresa, en el caso que nos ocupa, no se ha asegurado que la transición se hiciera en estas condiciones.

Podría alegarse que la oferta de participar en listas ha sido repentina, y por lo tanto que el proceso se ha precipitado, pero no parece que haya sido así. La confección de listas de los partidos se hace con meses de antelación. Por lo tanto, ha habido tiempo, pero parece que no ha habido capacidad, para asegurarse de que la transición se haga de forma responsable.

Así a día de hoy nos encontramos sin una respuesta a la pregunta sobre quién ocupará la Secretaría General de UGT. Ni tampoco sabemos con qué programa, ni con qué equipo, ni con qué apoyos. O lo que sería peor, se está haciendo a espaldas de los afiliados. Por supuesto nadie es imprescindible y no faltan cuadros con gran preparación y capacidad en las filas del sindicato. Las secciones sindicales y las federaciones son una fuente inagotable de personas dispuestas, con la aptitud y la actitud necesarias para afrontar cualquier reto. Saldremos adelante y seguro que somos capaces de convertir esta crisis en una oportunidad. Esa es ahora nuestra responsabilidad.

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