Abu Dabi-Londres en jet privado, 52.100 euros

La primera razón para que Juan Carlos I se reestablezca en España es que saldría más barato

Juan Carlos I, en el palco de Stamford Bridge.

Juan Carlos I, en el palco de Stamford Bridge. / EFE

Matías Vallés

Matías Vallés

La atención es libre todavía, y llevo un día absorto en el medio de transporte elegido por un ciudadano español, porque me parece ágil y funcional. Juan Carlos I ha volado de Emiratos Árabes a Vigo, vía Reino Unido, en un avión privado puesto a su disposición por el país asiático de acogida. El método elegido me parece tan intrigante como atractivo.

Por si algún día me veo en la tesitura, he pedido precios para el Abu Dabi-Londres que enmarca la primera etapa regia. Me piden 52.100 euros en jet. No dudo que haya ofertas mejores, porque soy un pésimo negociador. Los reyes no salen gratis, y quién necesita una república, cuando tiene dos monarquías por el doble de precio.

Al redondear la travesía, el precio del vuelo supera ampliamente los cien mil euros. Y mi contrato no garantiza el lujoso Bombardier en que voló el otro rey de España. Sin olvidar la cesión del reactor privado en sí mismo y otras amenidades, que deben contabilizarse junto al billete porque el nada izquierdista Milton Friedman popularizó el aserto de que "no existe el almuerzo gratuito". De hecho, donaciones tan voluminosas deberían declararse, salvo que el primero de los españoles está matriculado en Abu Dabi, una paraíso fiscal camuflado en el desierto.

Por lo menos no embarcó en el jet privado a su heredero más reciente, el gran Froilán.

La primera razón para que Juan Carlos I se reestablezca en España es que saldría más barato, aunque la pasión por monitorizar sus vuelos como si fuera Donald Trump en camino desde Florida a Nueva York obliga a recordar que también vivía en el extranjero durante su jefatura del Estado. Recordad el elefante de Botsuana, o a González lamentando que no pudiera firmarse una ley porque el monarca se encontraba retozando en Suiza. Alejarse del paraíso español es la primera condición para amar este país con más intensidad. Puesto que es inevitable, pagaremos 52.100 euros por un Abu Dabi-Londres a cambio de volar con tranquilidad, ya nos avisarán en qué momento hay que dirigirse a la plebe en demanda de austeridad.