Aragón y la causa de España
La festividad del 23 de Abril, en la que miles de ciudadanos celebraron un Día de Aragón radiante, sirvió para exhibir el músculo de la sociedad a través de nombres propios como el director de la revista Turia, Raúl Carlos Maícas (Premio Aragón 2003), el violinista Ara Malikian (Medalla de las Cortes), la empresaria y fundadora de Libelium, Alicia Asín, y las jugadoras del Casademont Zaragoza femenino, que este año han logrado conquistar la Copa de la Reina. Ese cóctel de talento, rasmia, tesón, feminismo, capacidad de acogida, amor por la cultura y aires de vanguardia son los que sobrevolaron ayer el Palacio de la Alfajería, un marco incomparable, en el que el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, quiso lanzar un mensaje de liderazgo y centralidad. La proximidad de la cita electoral y la implosión de partidos como el PAR y Ciudadanos alimentaron todavía más el discurso moderado de un líder que quiere revalidar su mandato pescando en el caladero del centro político.
El jefe del Ejecutivo autonómico apeló para ello a la necesidad de que la sociedad aragonesa se implique en la construcción de un proyecto nacional con los mimbres que han protagonizado la legislatura del cuatripartito: el diálogo, el entendimiento y la apuesta por un desarrollo sostenible. Esto, apuntó, puede servir de modelo para una política nacional que «no pasa por su mejor momento», señaló.
Lambán, que estuvo acompañado por el presidente de las Cortes, Javier Sada, y el resto de representantes institucionales, alentó a que la política aporte «sentido común» y «pasión» para mejorar la vida de los ciudadanos y la convivencia en el país, y situó este reto por encima del ruido, la crispación y la inestabilidad institucional. «Aragón tiene la oportunidad y la obligación de hacer una aportación a la gobernanza del país», afirmó convencido Lambán. Estos argumentos dejaron en un segundo plano las reivindicaciones autonómicas que suelen caracterizar este 23 de Abril, una fecha que supone de facto el pistoletazo de salida de una campaña en la que cada voto cuenta.
Algunos de sus socios de Gobierno hasta ahora, como CHA, recalcaron la necesidad de ser más reivindicativos en un día como el de ayer, y otros como Podemos subrayaron su capacidad de cambiar las cosas desde dentro. IU criticó su visión alejada de la realidad y el PP echó por tierra su gestión, lo que muestra que el 28M está demasiado cerca.
Pero más allá del debate político, el Día de Aragón fue un día de deseos, esperanzas, retos y futuribles; una jornada festiva, calurosa, participativa, regada de libros y con la vista puesta en el cielo (Lambán pidió lluvias a San Jorge) y el destino que deparen las urnas.
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