AL MARGEN

La catástrofe son ellos

Marian Rebolledo

Marian Rebolledo

Primero fue la crisis económica que empezó en 2008. Cada día era una agonía con las cifras de la prima de riesgo, que subían y subían. Y las colas del paro, igual. Luego, cuando respirábamos un poco, llegó el covid. Otra vez la angustia de las cifras. Y la del pavor a morir, o a que murieran mis seres queridos. Bajó esa alarma, y llegó la de los precios de la energía. Miedo cerval al recibo del gas. Otra vez un aturdimiento de cifras. Y le siguió la inflación, porcentajes que no dejaban de subir: el precio del aceite, el del pan. Ah, se me olvida el precio del combustible: subía el gasoil, subía la gasolina: cada vez que te acercabas a un surtidor, te echabas a temblar. Después vino el calor, y su derivada del calentamiento global. Y ahora ha llegado la sequía. Niveles de los pantanos, caudales de los ríos. Las fotos del cauce del Ebro con un fondo verdoso. Todo el rato cifras del fin del mundo. Creo que hace quince años que no veo las noticias sin pasar miedo. Este pavor sostenido me ha provocado un cierto escepticismo ante el tono apocalíptico de la campaña electoral. Me da más miedo pasar sed que el que España esté en manos de un gobierno filoetarra e ilegítimo, como clama la derecha. El apocalipsis hace días que llegó, y tuvo la forma de un virus, de precios inasumibles, del paro, del calor insoportable, de la sequía. Y sin embargo, aquí seguimos. Habrá pronto unas elecciones y si obviamos la tómbola diaria (algo nos acabará tocando, con tanto premio) ningún político puede prometernos que su mandato nos librará del miedo. Igual es que es mejor tenernos así, siempre pendientes de la próxima catástrofe. Para que no pensemos que igual la catástrofe son ellos, que hay días que dan vergüenza ajena.

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