APUNTES AL MARGEN

Decepción y caída

Alfonso Alegre

Alfonso Alegre

Como político puedes hacer cualquier cosa, menos defraudar a los tuyos. Piensen en Abascal: lleva toda su vida viviendo de chiringuitos varios y a los suyos les da exactamente igual. Sin embargo, a Abascal no lo verán nunca hablar en catalán. ¿Se acuerdan del Pujol, enano, habla castellano? Es la regla más básica de la política, no respetarla suele dar lugar a estrepitosos fracasos. Hablemos ahora de Podemos, un partido joven nacido con el viento de cola del 15 M: no hay pan para tanto chorizo y crítica feroz a los privilegios de la clase política, que se plasmó en el concepto casta. Y precisamente para desmarcarse de la idea de políticos privilegiados usaron como bandera una serie de medidas éticas. La primera eran las limitaciones salariales. La regla que decía que en Podemos no se cobraría más de 3 veces el SMI (lo que entonces eran unos 1.800€). La segunda era la limitación de mandatos como medida para no perpetuarse en el cargo. Aquellos famosos ocho años como máximo en la institución. Y la tercera, la idea de que no serían oscuros aparatos los que elegirían a los candidatos, sino que serían elegidos por la gente. De ahí, el modelo de primarias abiertas donde podía presentarse y votar cualquiera. Hoy los cargos de Podemos ya no tienen limitación de salarios. De hecho, la Consejera o los diputados de Podemos ganan más de 4.000 euros al mes. Lo de los ocho años como máximo parece que no se cumple, ya que todos los que se presentan son cargos públicos desde hace tiempo. Y finalmente, las primarias abiertas sí, siempre y cuando salga lo que yo quiero. En Asturias, los que ganaron han tenido que encerrarse en la sede en señal de protesta porque los estaban expulsando del partido uno a uno para poner en listas a los que habían perdido. Aquí en Aragón, la que quedó en segundo lugar en las primarias, misteriosamente, ha desparecido de la lista. Y casualmente Andoni Corrales ha pasado a ocupar su puesto. Llama la atención también que este candidato, en las dos últimas legislaturas, se presentara por la provincia de Huesca, y ahora por Zaragoza, donde también es candidato a alcalde de Tarazona. Si los de Bilbao nacen donde les da la gana, ¿cómo no se van a presentar donde quieran? El problema es que todo esto decepciona a los suyos, porque la ética es fundamental para votantes y militantes de izquierda. La desafección se palpa, Podemos solo ha conseguido rellenar 19 listas en todo Aragón, en 2019 tuvieron 57. Veremos el 28M cómo les va.

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