AL VIEJO ÁRBOL

El PSOE y Bildu

Álvaro Sierra

Álvaro Sierra

El anuncio de que siete candidatos de Bildu condenados por asesinato a sangre fría, en nombre de una Euskal Herria ficticia, no terminarán como concejales es otra muestra más de cinismo de un partido al que no le debemos nada. La voluntad de llevar a asesinos en una lista electoral es el fiel reflejo de lo que quiere ser Bildu: quitarse la careta por no tener complejos con el pasado terrorista de alguien que está en sus filas. Es lo que son, aunque muchos quieran taparse los ojos por un criterio infantil de entender la sociología vasca. Nadie les ha obligado. Ha sido su decisión libre porque siempre ha sido su ADN.

Esa reacción de recular respecto al nombramiento de etarras con las manos manchadas de sangre es otra afrenta a las víctimas. A tantas víctimas. A las que conocen al asesino de su familiar o conocido y también para las más de 300 causas de asesinato sin resolver en este país. Nadie querría ver a un pederasta, ni a un secuestrador, ni tampoco a un asesino en una lista electoral. Pero más aún sí además son aquellos que quisieron matar por pura sinrazón ideológica para imponer un totalitarismo.

El amparo político a cualquier relación con Bildu es una ofensa a la memoria de tantos. No cabe medias tintas. Da igual saber que Bildu necesita apoyos en San Sebastián para gobernar a cambio de otro gobierno en otra latitud. O que el gobierno navarro volverá a ser decisivo con los votos de Bildu.

Por ello es sumamente grave la doble vara de medir que está aplicando el PSOE con Bildu. Es indecente desde el punto de vista moral y daña gravemente el honor de tantas víctimas que son –que somos– herederos de una de las mayores injusticias que han existido en décadas en España. Nunca dejarán de seguir ensalzando a la banda terrorista. Son lo que son.

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