Sala de máquinas
Vota a tu alcalde
La campaña electoral está pervirtiendo su naturaleza en aras de un planteamiento nacional. No es ese el ámbito de la convocatoria del 28 de mayo, sino el autonómico, municipal y provincial. Incluyo esta última demarcación porque a menudo se olvida que las Diputaciones se configuran con votos municipales.
Siendo local y regional la naturaleza de estos comicios, sobran las pugnas partidistas propias de una elección nacional. El próximo 28 de mayo no vamos a elegir entre Pedro Sánchez y Núñez Feijóo, entre Ione Belarra y Santiago Abascal, sino entre los candidatos que se presentan a nuestros gobiernos autónomos y alcaldías. Para ello será fundamental que cada votante, al meditar sobre el sentido de su voto, reflexione en base al interés y capacidad de la lista de ciudadanos que mejor puede prestar servicios útiles a su comunidad o municipio.
La personalidad del candidato y de quienes le acompañan en su equipo, así como los proyectos expuestos en sus programas de gobierno deberán ser los elementos básicos a la hora de decidir el sufragio a uno o a otro partido. Pensar que votando al candidato local del PP se castiga «el sanchismo», o que apoyando al candidato regional del PSOE se perjudica a Feijóo es un planteamiento tan simple como erróneo. Demasiado común, por desgracia, pues los expertos sitúan en torno a un treinta por ciento el porcentaje de votantes que ejercen su derecho en clave nacional, importándoles poco o nada a quiénes están votando realmente.
Ciudades como Zaragoza, Huesca y Teruel, Calatayud, Utebo, Jaca, Alcañiz, Sabiñánigo y muchas otras tienen tanto peso específico en las economías de sus poblaciones y términos municipales como diferencias a la hora de pretender englobarlas en programas de corte nacional. La estrategia logística, las necesidades sanitarias o la política cultural no pueden ser las mismas en Ponferrada que en Cariñena, por lo que habrá que elaborar los correspondientes programas y presentarlos al escrutinio del votante con propuestas concretas y ajustadas a las necesidades de cada población.
No voten en clave nacional. Tendrán ocasión para ello dentro de unos pocos meses. Elijan ahora a su alcalde y a su presidente con los programas en la mano y con la necesaria lucidez. Será más fácil que no se equivoquen.
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