Las tendencias estaban claras, el Partido Popular estaba de subida, se iba a llevar el voto de Ciudadanos y de los restos del PAR, y por otra parte, el cuatripartito iba a sufrir el desgaste del gobierno, pero no acertamos en la magnitud del cambio. Es un fin de ciclo, que el terremoto en el centro y la división de la izquierda ha llevado a la presidencia de la Comunidad Autónoma a Jorge Azcón. No ha sido solo un candidato de la ciudad de Zaragoza sino respaldado por los votantes en todo el territorio.
La campaña electoral se planteó como una batalla nacional, en la que los populares crearon el marco con asuntos estatales y el PSOE entró a rebufo más a la defensiva que generando entusiasmo. Es difícil crearlo cuando se lleva encima la gestión de varias legislaturas y cuando la marca estatal se ha impuesto por encima de las particularidades de los candidatos.
Javier Lambán hizo de su confrontación a Pedro Sánchez el eje de su discurso político, enfrentándolo al aragonesismo, como si la defensa del territorio fuera incompatible con el socialismo nacional. La división no gusta al electorado, siempre se ha penalizado en ambos lados ideológicos, y el PSOE aragonés ha sido ejemplo de fractura interna y de especificidad frente a Ferraz. En Castilla La Mancha ha funcionado; aquí, en un entorno multipartidista y de fragmentación a la izquierda del PSOE, los socios de gobierno han resistido peor de lo esperado, en el caso de Podemos, o por debajo de las expectativas, en el de CHA. Desmarcarse a final de la legislatura no les ha reportado ningún beneficio sino que solo ha generado más confusión, como en los pasos adelante y atrás en el asunto de Canal Roya.
La ciudadanía igual que premia la unidad lo hace con la claridad de posicionamiento y el PP ha sido diáfano y no digamos Vox, que tiene un discurso único para la nación.
Ya no somos parte de la excepción de España, la ultraderecha crece, lo hace en el voto joven y especialmente en el masculino, somos tan europeos como Francia o Suecia. Hay una ola de cambio en toda Europa, y ha llegado hasta los Monegros.
El impulso del cambio en los jóvenes ya no está en Podemos, que se enfrenta al camino de su desaparición como ocurrió con Ciudadanos y debe analizar su estrategia nacional junto con Sumar.
Se desinfló Teruel Existe a excepción de la capital de provincia, ni son decisivos ni serán relevantes en lo autonómico. Es el momento de la derecha, este era el cambio, transformación sociológica que se venía larvando en los usos y costumbres del país y nuestra comunidad, tradiciones, usos religiosos, influencers mediáticos, comportamiento aspiración de clase media, con seguro médico privado, escuela concertada, vacaciones en resorts y compras en plataformas online. Hay algunos partidos que esta vez han sabido leer mejor este cambio, como Podemos y Ciudadanos en 2015, y han sido el Partido Popular y Vox. En casi toda España, pero también aquí, donde el voto centrado, moderado frente al Gobierno nacional se ha ido al PP y no al PSOE aragonés porque el centro político aquí y ahora no existe. Esto iba de izquierdas o derechas, y han ganado las últimas.
