El Periódico de Aragón

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Juan Bolea

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Juan Bolea

Partido ganado, liga perdida

Sabedor de que, en contra de la amnistía, juega a favor de la opinión pública española, el Partido Popular ganó ayer en Madrid un partido que tenía ganado.

Al margen de los irredentos de chapela y barretina, españoles que apoyen con convicción la amnistía a los golpistas catalanes no hay ninguno. Los socialistas, que siempre habían estado en contra, se ven ahora obligados a defenderla por interés electoral y táctica partidista, mutando ideológicamente desde su tradicional federalismo hacia la asunción de la tesis de Pablo Iglesias y Yolanda Díaz: una España plurinacional compuesta por varias naciones en cuyo horizonte ni siquiera con la Constitución se ha borrado el derecho a la autodeterminación.

Alberto Núñez Feijóo, apostando sobre seguro, habló de su España, única, libre, igual... Sobre el papel sonó mejor que en la práctica de gobiernos anteriores del PP, cuando se favoreció a catalanes y vascos por mor de sus votos, reservando para Aragón el trasvase y ningún espacio en un telediario tan intervenido entonces como hoy por los altavoces del gobierno Sánchez. Son nuevos tiempos, en fin, y quizá Feijóo sea más equitativo en lo autonómico. Antes o después (más bien después), se verá.

Esas dos Españas, la del PP + Vox, y la de Sánchez y Puigdemont no presentan reconciliación posible. Una vez más en nuestra historia, derecha e izquierda se muestran incapaces de entenderse e interpretar los intereses generales de manera lúcida y acorde.

Por eso, la sesión o sesiones de investidura ahondarán todavía más en la brecha o herida que separa a los dos grandes. Será su creciente división un nuevo triunfo de esos pequeños y grotescos nacionalismos que, con unos pocos votos y muchas bufonadas han convertido el circo de la política nacional en una permanente payasada que a pocos hace reír. Si Feijóo pierde y Sánchez gana, como parece, el PP se fortalecerá en la oposición, mientras el PSOE se debilitará en un poder compartido, preso el domador de los leones que le arrancaron el látigo.

Ninguno de los dos —¡ojalá me equivoque!— ganará tanto como los profesionales del chantaje político, la lucha de calle, el independentismo y el acoso y derribo al territorio español.

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