El Periódico de Aragón

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Jorge Latre

TERCERA PÁGINA

Jorge Latre Galicia

Abogado

Ruido, demasiado ruido

Al margen del estruendo que emana y emanará estos días de la Carrera de San Jerónimo, la vida continúa. Para usted, para mí, para ellos, para el resto. Sobre todo para los de siempre, capaces estos de no verse perturbados por el mismo. Y en el entretanto pasan desapercibidas noticias y actuaciones que retratan a propios y extraños, y que nos afectan y afectarán de un modo directo. Volveremos al final. Leíamos la semana pasada cómo el Gobierno había aprobado el 55% de la potencia renovable que dará servicio a Cataluña, dando el visto bueno ambiental a parques eólicos y solares que triplican la potencia que tuvo la anterior Central de Andorra, así como a la segunda línea de alta tensión que transportará y evacuará la energía generada en Aragón, encontrándose en tramitación nuevos parques eólicos y fotovoltaicos cuya producción se va a transportar al País Vasco y a la Comunidad Valenciana.

Y pregunto. ¿Y qué ganamos los aragoneses con todo ello? ¿Cuál es el retorno que las gentes que habitan este territorio, de hoy y mañana (si las hay, pues a este paso en cien años todos calvos en buena parte del territorio) obtienen de todo ello? ¿Acaso contribuirá ello a detener la sangría demográfica de las comarcas afectadas? O mejor aún, ¿será un elemento dinamizador que revierta la tendencia de décadas de abandono? En definitiva, y para el caso que las respuestas sean negativas, ¿seguiremos dejando colonizar energéticamente nuestro territorio en beneficio de las metrópolis de siempre? Porque el murmullo del agua ya baja tomando fuerza.

Resulta sonrojante que la principal contestación hacia el mismo, al menos de carácter público, se esté produciendo desde ciertas entidades cívicas catalanas, con la excepción eso sí de Teruel Existe. Y sorprendente e inquietante, hasta enojante, el silencio más absoluto, atronador si me lo permiten, si lo comparamos con la mediatización y la cultura del espectáculo que suscitó y que se impuso sobre el fallido proyecto de unión de estaciones, donde no se escatimaron en su reivindicación ni medios materiales y humanos ni continuas y exacerbadas apelaciones más propias de la época del romanticismo. O qué decir del escaso eco y apoyo público que por parte de esos mismos medios obtiene iniciativas tales como «Monegros no pierdas tu tren» tras más de veinticinco estoicas concentraciones que se prolongan ya durante más de dos años.

Vuelvo al ruido del inicio. Ante lo que pueda venir y las exigencias de unos y otros convendría tener iniciativa, coger la delantera y seguir empujando para que proyectos motores y de futuro de nuestro territorio y de sus gentes no se vean relegados nuevamente en beneficio de esas metrópolis, fruto de una negociación parlamentaria en la que nuestros intereses no resultan condicionantes de nada. Que nuestro futuro no quede en manos de terceros que hagan valer su posición política privilegiada a costa de e hipotecando nuevamente nuestro porvenir por otros nuevos cien años.

Abrir de una vez nuestras puertas y ventanas a Europa por Francia; la reapertura de la línea internacional de Canfranc (a la que se acaban de destinar 9,1 millones de euros para financiar nuevos estudios), en la que se acuerde por el Gobierno entrante y el francés un calendario de obras y fechas para la reanudación del tráfico por ferrocarril entre ambos países así como avanzar de manera decidida en la Travesía Central de los Pirineos, no aceptando que el proyecto finalice con la autopista ferroviaria Algeciras- Zaragoza, permeabilizando por fin nuestro Pirineo sin tener que pagar el peaje político ventajista de los de siempre; pero también mantener la ilusión por albergar esos juegos olímpicos que pongan en valor nuestros valles y sus infraestructuras sin aceptar los descartes y migajas de terceros. Sin olvidar la comprometida Agencia Estatal de Salud Pública, haciendo realidad ahora sí mediante apoyo político decidido la tan buscada gigafactoría de baterías. Aislémonos por favor del ruido y tomemos las riendas de nuestro futuro.

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