Espías y amigos

Cada vez que se abre la caja de sorpresas del Centro Nacional de Inteligencia nos admira lo que hay dentro. El último y sensacional descubrimiento ha sido el de dos agentes españoles que estaban espiando para Estados Unidos. Nuestros ministros de Defensa (Margarita Robles) y Exteriores (José Manuel Albares) se han quedado sin palabras. Conocido tan grave hecho, para el ciudadano común su primera pregunta no habrá sido tal, sino una reflexión: ¿No es Washington uno de nuestros mejores aliados? ¿Por qué, entonces, tiene la CIA que espiarnos?

Porque si no lo hiciera no sería la CIA, le contestaría un amigo mío diplomático, particularmente socarrón.

Al margen de este tipo de ingeniosos comentarios, de la leyenda que a todo espía nimba por el hecho de serlo, de la sugestión y magia de esos mundos secretos que a veces sus ocultos protagonistas ni siquiera tienen con quien compartir, no vayan a ser traicionados, la circunstancia probada es que un par de agentes españoles han sido sobornados durante un tiempo indefinido por un par de diplomáticos norteamericanos, a los que el gobierno español acaba de expulsar de nuestro país.

¿Y qué clase de información era la que nuestros corruptos espías pasaban a sus contactos? Eso es algo que los departamentos internos del CNI están investigando, a fin de averiguar qué aspectos de la defensa o de la política española interesan tanto a la CIA. No debe olvidarse que, desde el punto de vista yanqui, España está gobernada por una peligrosa coalición socialistas-comunistas, apoyada por separatistas vascos e independentistas catalanes. El hipotético futuro de una Cataluña independiente aliada de Putin (quien ha enviado, como es sabido, espías y asesores militares a la Barcelona irredenta) con capacidad para hacer daño en un Mediterráneo que las fuerzas aliadas dejarían de dominar, puede ser un motivo de preocupación para Washington. Estarían, además, las bases norteamericanas, su mantenimiento, futuro, capacidad y radio operativo… Y estarían las empresas norteamericanas, dueñas de media España. Intereses a conservar y acrecentar, Estados Unidos tiene aquí. Y también dinero, millones de dólares para seguir llevando a cabo misiones de información que mantengan a raya la expansión del comunismo… ¿español?.

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