Opinión
El Gol Sur y la eternidad
El Real Zaragoza, con el tiempo que ha tenido para elegir quién se queda en una Romareda con menos localidades por el derribo, ha decidido que el dinero haga la criba entre 9.000 personas
Qué paciencia tiene el zaragocismo que parece estar preparado para todo lo que le caiga encima. No basta con estar doce años en una Segunda División que no le corresponde ni por la historia ni por palmarés ni por la ciudad que hay detrás de su escudo. Ni tampoco con soportar el paso de dirigentes que con aura de salvadores solo buscaban hacer negocio a costa de una pasión irreductible por unos colores de quienes dan vida a la grada de la vieja Romareda. Ahora parece que ni siquiera se merecen que les cuenten la verdad sin vericuetos ni medias verdades, que siempre son medias mentiras. Los que venían con la billetera llena de proyectos van a acabar rascando céntimos de los de siempre y encima hacerles creer a todos que no es para tanto y que es por su bien, que no pueden hacer otra cosa.
Hablemos claro, el Gol Sur, ese al que se le rindió homenaje en la última jornada de liga, al que tragándose incluso el enfado por el enésimo mal partido de la temporada ondearon sus bufandas con nostalgia, es el que va a costear el peaje de tener a miles de abonados menos la próxima campaña. Para ellos ya es un golpe durísimo empezar la próxima temporada sin estar cerca de aquellos con los que llevan años celebrando los goles y victorias –también sufriendo las derrotas–, pero ahora el club les llega incluso a abrir la puerta de salida si no aceptan las condiciones en las que se les ofrece reubicarse. A todos los aficionados del resto de gradas, no hay nada que les vaya a inquietar. Si quieren continuar, ahí estará su butaca. Pero los del Gol Sur no, han tenido la mala suerte de que el derribo de su querida Romareda empiece por ese lado y ahora les toca decidir entre tres opciones que no son nada apetecibles: cruzar los dedos y esperar que les toque alguno de los huecos libres que queden en el Gol Norte para pagar el mismo precio que el año pasado, tirar de cartera y afrontar un desembolso que puede llegar a triplicar ese precio si el sitio que les dan está en Tribuna Este o Preferencia, o sencillamente marcharse. Así, sin el más mínimo guiño, su fidelidad de tantos años ahora no vale gran cosa, la sensibilidad de la directiva con ese «eterno Gol Sur» es cero, brilla por su ausencia. Y si no les gusta, pues que no renueven y esperen al estadio de más de 42.000 localidades, allá por 2027.
Está claro que los motivos son puramente económicos, hay que mantener el máximo nivel de ingresos posible, por aquello del límite salarial, y unas obras como las que se pretenden con la nueva Romareda o cómo les afecte a esos aficionados, no les va a amedrentar. Es curioso, porque en muy poco tiempo los dueños de la entidad han pasado de querer costear la nueva Romareda a no tener ni el más mínimo gesto con la sufrida afición. Por unos miles de euros que serán un rasguño en sus cuentas pero puede ser un roto insalvable para una familia que, no olvidemos, se alojaba en las localidades más baratas del estadio.
Son las cosas del fútbol actual, que te pueden arrebatar algo así y comunicarlo sin que nadie salga a dar explicaciones. Ni aceptar preguntas incómodas. A mi me surgen muchas: ¿cuántos asientos tendrán disponibles en el Gol Norte si renuevan todos los de la pasada temporada? ¿Cuántos de esos aficionados van a tener que decidir entre pagar el precio más alto en el estadio o renunciar a su abono? Está claro que ese proceso de selección se va a decidir por la capacidad económica que tenga el aficionado. Si tienes dinero, te quedas. Si no puedes, te marchas. Y si eso se viste con que los socios con más antigüedad tendrán la preferencia, queda hasta bonito. Pero seamos claros, ese Gol Norte tiene pocos huecos que ofrecer al mismo precio. Y si no, al tiempo. Con el tiempo que han tenido para diseñar un plan en condiciones que no deje a nadie fuera, que haya preguntas sin respuesta, nunca es buena señal. Está todo inventado en el fútbol moderno y la pela es la pela.
Al final, la próxima temporada para la gran mayoría de la afición les va salir más caro ir al fútbol. A los 17.500 que tuvieron descuento el año pasado porque en este, teniendo también la posibilidad de ofrecerlo, no se va a hacer. Eso para el club es como no subir los precios. A quienes lo sufran, serán 30 o 100 euritos más pero no, que en realidad no se les sube... Y a ellos se sumarán los miles de seguidores del Gol Sur que no tendrán hueco en el Norte. Algunos ya firmarían esos cien euros, ya lo verán. Porque va a dejar fuera a gente que no podrá asumirlo, pero claro, de eso se trataba, ¿no? El Real Zaragoza a algunos se les está quedando grande.
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