'La estrella azul' de los aragoneses

En otra de esas estadísticas que cada vez aparecen con más frecuencia, no se sabe bien con qué objetivos, se decía estos días atrás que el 77% de los aragoneses prefiere vivir en otra comunidad autónoma y, sobre todo, que el 73% de los menores de 35 años no se plantea un futuro en Aragón. Preocupante. Andalucía, Canarias, Madrid y el resto de Europa, son las preferencias de estos habitantes infieles, y el clima, la herencia cultural, la calidad de vida, los paisajes y la gastronomía, sus motivos. Es evidente que algo se está haciendo mal desde aquí o es que el gen aragonés sigue pesando mucho y nuestra autoestima está por los suelos. Muchos dicen que Aragón tiene algo que te devora y quién sabe si no será verdad.

La nominación de la película ‘La estrella azul’, del zaragozano Javier Macipe, para optar a los Oscar en representación de España es otro ejemplo de esas malas autovibraciones aragonesas. Es una gran película y seguramente muchos la habrán visto porque sale Zaragoza, era un músico de aquí. Pero no es la historia de Mauricio Aznar, sino de un viaje de un músico español, que casualmente era de Zaragoza, anónimo en otros muchos puntos del país, que en los años 90 se cansa del rock and roll y se enamora de cierta música argentina. Y además en su vida se cruza con la droga. Una obra maestra para quienes valoran la música, la amistad y las historias bien contadas, como así se ha reconocido en muchos festivales de cine y ojalá continúe con su éxito y pueda llegar a Los Ángeles. Pero aquí, probablemente creeremos más en otras historias, aunque esta sea una película pequeña en pretensiones pero grande en todo lo demás. El festival Vive Latino que acabó ayer en Zaragoza es otro ejemplo. No se ha conseguido poner en valor fuera de Aragón. Esta misma semana una entrevista con Hombre G en el programa de televisión de Carlos Latre sirvió para hablar de este mismo festival en México y cómo les ha servido para seguir siendo los mismos que hace cuarenta años. Y sin embargo, nada se dijo de que el pasado viernes, en el mismo festival pero en este lado del océano, junto al Ebro, iban a repetir actuación. Problemas del centralismo de los medios de comunicación de Madrid, pero seguro que algo tenemos que ver también los de aquí.

Probablemente no tenemos un gran clima, pero en cultura, paisajes y gastronomía tenemos una nota de calidad. Y muchas más cosas. Podemos apostar por nosotros sin ningún rubor. Ni somos malos ni peores que otros. Podemos darnos una estrella azul, ese icono que significa un ‘súper like’ en Tinder, pero también la que se dedica a las estrellas anónimas y que evoca genios olvidados. No nos olvidemos de que no somos tan decadentes.

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