Opinión | SEDIMENTOS

Acoso a la mujer

El caso Nevenka, protagonista de una serie de Netflix en 2021 y de una película dirigida por Icíar Bollaín que ha optado este año a la Concha de Oro en San Sebastián, pone de relieve el sufrimiento de las mujeres víctimas de acoso que se atreven a denunciar la agresión y que, de nuevo, reviven su insufrible tortura con un sumarísimo e irrazonable juicio social que las condena sin oírlas.

Pero, antes que en la pantalla, la literatura ya se hacía eco de esta cruel realidad, con todo el inmenso poder de la pluma para delatar y poner de relieve las pautas y múltiples facetas características de estos nefastos sucesos. Milica Lilic, en su tesis doctoral leída en 2019 en la Universidad de Granada, sobre el tratamiento del acoso en la novela española del siglo XXI, analizaba tres relatos de ficción y otros tres de carácter testimonial. Entre estos últimos, cuyos protagonistas son personajes verídicos, se cuenta la obra de Juan José Millás, basada precisamente en la odisea de Nevenka Fernández. En el trío de ficción se examina mi primera novela, Danza de máscaras, cuya particularidad reside en resaltar la potencial evolución de la víctima, cuya devastación psicológica puede conducirla de sufrir primero el abuso a ser más tarde quien lo ejecuta.

En ocasiones, el asedio tiene lugar de forma sutil y velada; otras veces acontece con descaro y la complicidad del entorno, pero el quebranto es siempre extraordinario. De hecho, la opresión puede concluir en traumático suicidio, trágico final de la extrema agonía padecida por muchas mujeres.

El acoso persigue a la mujer desde tiempos remotos, vinculado a ámbitos con tintes marcadamente machistas, cuya dimensión más perversa estriba en someter a la víctima al dictamen de una comunidad que la ha sentenciado previamente sin escucharla, invirtiendo los papeles de víctima y verdugo.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents