Opinión | EDITORIAL

El espaldarazo definitivo para Figueruelas

La factoría de Stellantis en Figueruelas tiene ante sí un futuro esperanzador, siempre que se cumplan una serie de premisas que podrían hacerse realidad a partir de hoy mismo con la visita del ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, a Zaragoza, donde participará en la gala de la Movilidad y la Automoción. El foro, en el que estará representado todo el sector –la asociación de fabricantes de vehículos (Anfac), la asociación de proveedores (Sernauto) y la patronal de concesionarios (Faconauto)– puede ser el pistoletazo de salida de la planta aragonesa hacia nuevos retos y metas. El primer hito de ese camino es la adjudicación de una gigafactoría a Stellantis para fabricar baterías de coches eléctricos de la mano del gigante chino CATL, aunque para ello el Gobierno central ha de mover ficha y asignar fondos del Perte. Quizá hoy sea el momento de confirmar esas ayudas. Además, Figueruelas espera la instalación de la plataforma STLA Small, con la que la fábrica acometerá la producción de modelos eléctricos de las marcas de Stellantis a partir de 2026.

Respecto al primero de los hitos, el exdirector de la planta automovilística y ahora director del laboratorio de ideas de CEOE Aragón, Antonio Cobo, fue explícito hace tan solo unos días: «Tener fábricas de baterías es anclar la industria del automóvil. Los países que no las tengan perderán las plantas de montaje de vehículos porque sus costes logísticos son muy altos y harán que sus coches no sean competitivos». Por tanto, en este último trimestre de 2024, Figueruelas no solo se juega su futuro a corto sino también a medio y largo plazo. Y eso, en un momento en el que el sector del automóvil vive importantes turbulencias por la competencia de los fabricantes asiáticos y por la caída de las ventas en el mercado europeo de coches eléctricos, resulta determinante para su competitividad.

La competitividad, en definitiva, es la clave de bóveda sobre la que se asienta el futuro de la planta aragonesa, de ahí que sean tan importantes los esperados anuncios por parte de la multinacional. No obstante, no es la primera vez que Figueruelas acomete grandes desafíos. La factoría ha sido capaz de estar a la vanguardia en calidad, tanto ahora como cuando pertenecía a Opel, marca del gigante General Motors (GM). Ello le garantizó no solo un buen nivel de ventas sino también la asignación de modelos. También ha logrado adaptarse a la incertidumbre que provocó la posible venta de Opel a Magna o la quiebra de GM en Estados Unidos. Figueruelas, asimismo, ha transitado en los últimos años por un cambio de paradigma de la mano de Stellantis, ha sabido adaptarse a las exigencias del mercado, a una nueva cultura de empresa, ha logrado aplicar mecanismos de flexibilidad y ha realizado sacrificios cuando fue necesario hacerlos.

Hasta ahora, la factoría suma 164 millones de los Pertes para su transformación, ya que ayer fue adjudicataria de casi 14 millones de las ayudas de Industria para la descarbonización, que se suman a los 150 concedidos hasta ahora. Hoy, puede llegar un nuevo espaldarazo, quizá el definitivo.

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