Opinión | ALÉGRAME EL DÍA

La hora de ‘Anora’

La flamante ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes llega al fin a la cartelera. Y una vez vista, no es de extrañar que ganara el máximo galardón. Menudo peliculón. Anora es una comedia dramática escrita y dirigida por Sean Baker, que ya apuntaba muy alto con cintas como Tangerine, The Florida Project o Red Rocket (cada película suya me gustaba más que la anterior, en una clara evolución de su gran talento, pero manteniéndose fiel a un estilo propio y siempre con unos personajes marginales, contradictorios y entrañables), y con esta última consigue su mejor trabajo, su obra más ambiciosa, divertida y desgarradora. Sí, tiene momentos desternillantes, hilarantes, y en otros se te encoge el corazón. Es como el reverso realista de la mítica Pretty Woman, película que lanzó al estrellato a la actriz Julia Roberts. Y no me extrañaría nada que le pasara lo mismo a Mikey Madison, actriz que encarna a la trabajadora sexual Anora de manera arrolladora. Lo que consigue esta joven actriz es increíble (tiene la nominación al Óscar asegurada y puede ganar un montón de premios). Muchos la descubrimos en Érase una vez en Hollywood, enfrentándose violentamente a Brad Pitt y Leonardo DiCaprio (Sean Baker quedó fascinado por su interpretación y escribió el papel de Anora para ella). Por cierto, es curioso el buen ojo de Quentin Tarantino para escoger a los jóvenes miembros de la familia Manson. En los cinco años que han transcurrido desde que se estrenó su película, muchos de ellos se han convertido en estrellas: Margaret Qualley, Austin Butler, Sidney Sweeney, Maya Hawke… y ahora Mikey Madison, fulgurante estrella que se encuentra aquí con el mejor papel de su carrera y lo aprovecha fantásticamente. Pero no solamente es ella la que brilla en Anora; todos los secundarios están maravillosos. Sean Baker ama a sus personajes y les dota de una humanidad desarmante.

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