Opinión | EL COMENTARIO

Marcos Raufast García

El Balón de Oro de la aviación

Tanto en el fútbol como en otros deportes, existe una competición feroz por alzarse con el galardón del prestigioso Balón de Oro, otorgado por la revista France Football. Este año, el Balón de Oro, masculino y femenino, ha ido para jugadores españoles. El masculino ha premiado a Rodri Hernández, jugador del Manchester City y el femenino a la jugadora del FC Barcelona Aitana Bonmatí.

Al igual que el fútbol, la aviación española también tiene sus Balones de Oro, y en la última edición, los ganadores en sus respectivos campos no son los más visibles. Mientras el número de pasajeros en los aeropuertos abre telediarios y copa las portadas de los periódicos, el volumen de mercancías transportadas trabaja en silencio y no tiene redes sociales. Porque todo se reduce a visibilidad y mediatización. Ahora, imaginemos un escenario en el que la aviación es una liga de fútbol, con equipos o aeropuertos que tienen un número de seguidores, en este caso pasajeros, y ganan títulos, en términos de aviación, volúmenes de mercancías.

Echando un ojo a las cifras del último año de AENA, que vendría a ser la Liga de los equipos de aviación españoles, el número de pasajeros estaba distribuido entre los equipos Madrid-Adolfo Suárez-Barajas con 60 millones, Barcelona-El Prat Josep Tarradellas con 49 millones y el Palma de Mallorca con 31 millones. En volumen de mercancías, llamémoslo títulos ganados, a pesar de que el equipo del Madrid también ostentaba la primera posición, con 600 millones de títulos, la diferencia era significativa y le seguían de lejos Barcelona, con 156 millones y Zaragoza, con 129 millones.

Este año será, de acuerdo con las estimaciones de AENA, un año histórico, en el que el número de pasajeros podría crecer un 8,3% y superar los 300 millones por primera vez. En volumen de mercancías, está aumentando enormemente, a razón de un 20% respecto a 2023.

Durante los meses de agosto y septiembre, el aeropuerto de Zaragoza superó al de Barcelona y afianzó su posición en España, quedando sólo por detrás de Madrid, con un volumen de actividad alcanzado en gran medida gracias a su consolidación como hub logístico del Noroeste de España.

Pero no se detiene ahí, en 2023, la actividad de estos aeropuertos en España provocó un 1,2% de las emisiones de gases de efecto invernadero, llamémoslo «lesiones». Hay personas que dirán: «Un 1% no es una cifra importante, hay otros deportes que provocan más lesiones, como la Fórmula 1 o la vela» y tienen razón, de momento. Los otros deportes están siendo más eficientes y dirigiéndose a las cero emisiones con rapidez en el conjunto de Europa y, aunque en España esta transición es más lenta, el cambio al nuevo modelo es imparable. Este cambio va a mostrar la realidad de la transición ecológica en unos años: hay «deportes» difíciles de cambiar, como la aviación.

Para ello, los nuevos combustibles sostenibles que se pueden utilizar, llamémoslos los chavales de la cantera, faltos de experiencia en el terreno de juego y con una gran incertidumbre sobre su futuro, son piezas claves para la evolución del equipo. En este caso, el club y el míster no saben por cuál apostar y, ante la incertidumbre, deciden seguir con los veteranos combustibles fósiles, que fueron cracks en su tiempo y que tiran de galones para seguir de titulares en AENA, pero que necesitan cada vez más energía e incluso provocan lesiones que, hoy en día, debido a los avances, podrían haberse evitado.

De esta cantera de los nuevos combustibles sostenibles salen porteros, mediocentros, delanteros, que prometen balones de oro para su club y reducir la probabilidad de lesiones en el equipo, pero que necesitan un empujón para despegar, así como la confianza tanto del míster como del club que les permita progresar y convertirse en titulares en la aviación. De la misma manera, existen otras promesas, los combustibles a partir de residuos, pero vienen de lejos y hay que pagarles el billete y la adaptación a AENA. Teniendo futuros cracks en la cantera con mayores posibilidades de triunfar, como los combustibles sintéticos, lo lógico sería explotar todo su potencial.

Quizás el lector ha llegado hasta aquí pensando que seguimos hablando del Balón de Oro pero, en realidad, esto no va de Vinícius o Rodri o de cómo gestionar una cantera, sino de la alternativa que tiene el sector de la aviación para reducir sus emisiones, se trata de asegurar la sostenibilidad de los aeropuertos como el de Zaragoza mediante el impulso a los combustibles sostenibles de aviación, para que sigan contribuyendo a ganar títulos y seguidores.

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