Opinión | APUNTES AL MARGEN

Ideas que matan

Naturalmente, la muerte es provocada por causas materiales nunca por pensamientos. Sin embargo, determinadas ideas provocan actos materiales que terminan provocando muertes. Por poner un ejemplo: diversas ideas/creencias llevan a que se mutile mediante la ablación a millones de mujeres. No es la idea la que las ha mutilado, han sido una mano y una cuchilla empujadas por una idea. Desgraciadamente, este tipo de situaciones también pasan en Occidente. Acuérdense de cuando Trump declaró que la lejía era tratamiento para el coronavirus y hubo más de 100 ingresos hospitalarios al día siguiente. Hay otros casos en los que la relación causa efecto existe, pero no es tan evidente.

Vamos a hablar de la DANA. Empecemos por lo primero, lo especial del fenómeno. Ha sido el récord histórico de precipitación en una hora desde que hay registros. Sin embargo, los meteorólogos llevan años alertando de las crecientes temperaturas del mar Mediterráneo y de que eso iba a provocar fenómenos meteorológicos extraordinarios. A pesar de ello y de las evidencias científicas sigue habiendo ideas negacionistas del cambio climático que frenan su posible mitigación. Y habrá más DANAs, en Valencia o en Bangladesh. Aquí no hay mano y cuchilla, pero sí hay causalidad. Algo más clara es la idea anticientífica de que hay que dragar los cauces y limpiarlos de toda vegetación de forma que el agua corra más rápido y se vaya antes. Los científicos aclaran que en una inundación el mayor daño no lo hace el agua, sino la velocidad del agua. Eso es lo que provocó las riadas de coches. No hay que dragar, ni hacer motas, ni arrancar árboles para que el agua pase más rápido, hay que dejar espacios amplios de inundación suave y lenta de forma que las riadas no sean trágicas. Lo contrario se sigue defendiendo, y esto enlentece la adopción de buenas soluciones.

El caso más evidente de cuchilla y mano empujada por una idea es el de las alertas a móviles en catástrofes. En septiembre del año pasado se alertó en Madrid de una DANA que afortunadamente se desvió 30 kilómetros al norte y por eso no hubo una catástrofe en la capital. Se acusó de alarmismo, pero sobre todo brillaba la idea de la intolerable intromisión del Estado en la vida privada de los individuos. Incluso un director general de Ayuso llegó a explicar cómo desactivar en el móvil la recepción de alerta ante una situación de emergencia meteorológica. El resultado es que la embajada de Japón alertó a sus ciudadanos en Valencia, la Generalitat no.

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