Opinión | editorial

Cambio de rumbo en el PSOE aragonés

El PSOE de Aragón abrió ayer una nueva etapa con Pilar Alegría como gran referente del socialismo en la comunidad. La futura líder del partido recogerá el testigo de Javier Lambán en el congreso regional que se celebrará a mediados de marzo sin tener que someterse a un proceso de primarias, después de que Darío Villagrasa optara por retirarse de una carrera que hubiera significado un mayor desgaste para la formación. La decisión es la acertada, ya que contribuye a cohesionar y unir al PSOE de Aragón, demasiado acostumbrado en los últimos años a las guerras de guerrillas. Ahora, la principal misión de Alegría, que emerge como líder indiscutible tras los apoyos recabados en el territorio durante las últimas semanas, será suturar las heridas internas, recuperar el protagonismo que le corresponde al partido en la comunidad y prepararse para disputar la presidencia del Ejecutivo autonómico a Jorge Azcón en las elecciones del año 2027.

El liderazgo de Pilar Alegría representa también el final de un ciclo marcado por el lambanismo, un periodo que ha contribuido de forma muy positiva al desarrollo de la comunidad durante los ocho años en los que Javier Lambán permaneció en la DGA con socios de distinto signo. El legado es más que notable y su contribución ha de ser valorada y tenida muy en cuenta.

Sin embargo, el PSOE ha decidido cambiar de rumbo para afrontar los notables desafíos que tiene por delante. Y para ello habrá que contar con todos, con quienes han estado a su lado y con los que no lo han estado. Darío Villagrasa y Teresa Ladrero son solo dos ejemplos de los activos que tiene el partido y que no hay que desaprovechar. Pero hay muchos más. El respeto que han demostrado tenerse en las últimas semanas quienes iban a ser candidatos es un buen comienzo.

La llegada de Alegría ha de servir para poner las preocupaciones de los aragoneses y la defensa de sus intereses en el centro del partido, dejando atrás las contiendas entre socialistas que persiguen un mismo fin. Solo así el PSOE podrá lograr su objetivo, entre los que ha de estar hacer frente a la ultraderecha con propuestas, medidas y política con mayúsculas.

El hecho de que Pilar Alegría sea ministra de Educación y portavoz del Gobierno también pondrá fin a las manifiestas discrepancias entre el PSOE de Aragón y el Gobierno de Pedro Sánchez, aunque ello no ha de ser incompatible con velar por lo que reclaman los aragoneses y pactar, cuando sea necesario, medidas que vayan en esa dirección. La futura líder del partido forma parte de la estrategia de Sánchez de reforzar el poder en las autonomías tras la pérdida de varias comunidades (entre ellas Aragón) que han pasado a estar gobernadas por el PP tras las elecciones de 2023. Alegría tiene un reto a dos años vista, pero hay que recorrer el camino y hacerlo con acierto, generosidad y unidad.

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