Opinión | SALA DE MÁQUINAS

Aragón, tierra de molinos

Aragón se está consolidando como una de las despensas eléctricas del país.

Siempre lo fue. Durante el franquismo, con los embalses y saltos hidráulicos en las cabeceras de los ríos pirenaicos ya lo era. Ahora, merced a los molinos de viento y placas solares sembrados por tantos parajes, lo sigue siendo.

Las cifras no engañan. A día de hoy, nuestra comunidad produce el 13% de la energía de esos nuevos sistemas renovables que, en España, en aras de un nuevo marco y legislación, han venido a sustituir a las minas de carbón y centrales térmicas como la ya derribada de Andorra.

En producción de energía verde tan solo nos adelantan Castilla y León, con un 17%, y Castilla-La Mancha, con un 14 %. Aragón, Andalucía y Galicia están empatadas a un 13%. Viene después Extremadura, con un 10%. Finalmente, a mucha distancia, figuran otras comunidades como Baleares, Madrid, Cantabria, País Vasco, La Rioja y Canarias, que apenas generan un 3%.

Según el informe titulado El sector energético en España, publicado por OBS Business School bajo la dirección del profesor Víctor Ruiz Ezpeleta, Aragón produjo en 2023 18.000 GWh. Con ello, habría duplicado las necesidades para su consumo interno, generando excedentes para la venta exterior. Sin embargo, para la correcta redistribución de esas energías sobrantes deberían mejorarse las infraestructuras de la red eléctrica, así como, según el mencionado informe, «resolver las limitaciones asociadas a la intermitencia de fuentes como la solar y la eólica mediante tecnologías avanzadas de almacenamiento y gestión». Para los expertos de OBS, España puede convertirse en un centro estratégico de exportación de energía a Europa, «pero para ello es necesario fomentar la colaboración entre el sector público y el privado».

Lo que ya no tiene solución es el daño que estas instalaciones han producido a numerosos valles, llanuras, estepas, riberas, tantos paisajes de Aragón contaminados visual y estéticamente, muy devaluados o inservibles para usos turísticos. El Gobierno de Aragón y muchos ayuntamientos lo han animado, permitido, facilitado... ¿Ingenuamente? Unos menos que otros, me temo. ¿Cuántos puestos de trabajo y avances sociales está suponiendo el cambio a las energías verdes? Seguramente, no tantos como beneficios empresariales. Debate, hay. Remedio, no sé.

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