‘New Matrix’

En el anterior artículo hablábamos de La guerra de las galaxias, pero algunas cosas de las que están pasando solo se explican en Matrix. Los estadounidenses se vieron en noviembre ante la tesitura de tomar la pastilla azul (color de los demócratas), que les mantenía en un ordenamiento de valores consensuados tras la II Guerra Mundial, o abrirse a explorar lo que deparaba la pastilla roja de los republicanos. Eligieron esta última, y con ella adentrarse en ese nuevo catálogo de valores «auténticos» para rediseñar el mundo. Se inicia así la deconstrucción de los pilares de la Ilustración –perversión woke– para cimentar un matrix reaccionario donde todo puede ser recreado sin atenerse a esas minucias de derechos humanos y el ordenamiento internacional y democrático. En consecuencia, Trump puede rediseñar su «realidad» sin cortapisas con soluciones fáciles: en Gaza basta sacar a los dos millones de palestinos y convertir la franja en un resort de lujo. En Ucrania podemos esperarnos cualquier «salida creativa» pactada por los dos autócratas que juegan duro en el tablero mundial, con el permiso del expectante dragón chino y una Europa que sigue fuera de juego. En esa reconstrucción del mundo matrix también hay que acabar con los estorbos reguladores que limitan la expansión libérrima de las empresas de la tecnocasta, en feliz expresión de #perrosanxe. Así pues, tenemos a Trump y a sus caballeros de la mesa tecnológica diseñando ese nuevo constructo regidor del orbe al que se van sumando los autócratas o aprendices del oficio, la internacional reaccionaria y el capital. El resto o calla u otorga o, como mucho, levanta la voz mientras van dinamitando sus cimientos financieros (ONU). Hay mucho miedo y muchos intereses económicos en juego, y aunque el matrix de la pirula roja es una locura delirante –lo saben sus cómplices– es el que ahora rige nuestro destino.

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