Opinión | EL COMENTARIO
El chavista Trump
La economía es una materia compleja en la que intervienen muchos factores sociales, políticos, culturales, históricos, emocionales... Existen lógicamente los productivos, la asignación de los recursos escasos para atender necesidades ilimitadas. La economía es una actividad con múltiples repercusiones para toda la comunidad. En cierta medida contribuye a organizar y condicionar muchas dimensiones de la sociedad y exige normas y regulaciones para que sea lo más eficiente posible, es decir, que posibilite alcanzar los mejores resultados, posteriormente a repartir entre la ciudadanía de forma que lo haga bien, con equidad. Se trata de temas complejos para dejarlos sólo en manos de los economistas. Si eso se aplica a los economistas qué diremos de aquellos que no saben nada de economía, pero tienen el poder de decidir políticas ignorando las múltiples consecuencias de las posibles intervenciones. Hay muchas formas de intervenir. Por ejemplo, Chávez lo hizo fijando los precios de determinados productos que consideraba esenciales. El Brexit estableció las fronteras y limitaciones de entrada para mercancías y trabajadores. Trump lo pretende con la aplicación de aranceles para encarecer los productos importados y favorecer, en teoría, la producción nacional. En los dos primeros casos, ha supuesto el empobrecimiento de sus ciudadanos y en el de Trump va a suceder lo mismo. Incluso ya lo ha llegado a reconocer públicamente estos días (3 de febrero): a corto plazo puede tener costes, pero a la larga... el paraíso poco menos. Aviso a navegantes con las intervenciones arbitrarias en la economía. En este caso, dado el tamaño de la economía americana, y su interrelación con la economía mundial y en particular con la Unión Europea y España, vamos a salir todos perjudicados.
El arancel como instrumento de política económica es una herramienta totalmente superada para una estructura productiva como la actual caracterizada por las múltiples y diversas interrelaciones y por la globalización. Fíjese por cuántas manos, empresas y países ha pasado el café que se pueda estar tomando Ud. desde que cosechó Juan Valdés el grano allá en Colombia. Todo eso son un montón de transacciones de diferentes tipos de empresas y de lugares por donde pasa el producto.
En la economía estamos como productores y como consumidores, o sea la oferta y la demanda, y si se pone un arancel para proteger a la industria nacional (America First) es posible que crezca el empleo en algún sector. Pero los consumidores tendrán unos precios más elevados y podrán gastar menos en otros productos y otras empresas perderán empleos que igual superan los creados por la industria nacional protegida por el arancel. La inflación va a ser el primer desajuste y recuerden: la inflación es el impuesto a los débiles. Aunque se pueda pensar que un país grande puede ser autosuficiente y producir de todo, el comercio internacional aprovecha aquellas producciones que son más eficientes independientemente de dónde se realizan. Esto ya lo expuso nada menos que en el siglo XIX David Ricardo, un economista clásico, en su teoría de La ventaja comparativa del comercio. Con un instrumento de lo más tosco como el arancel, se pretende resolver desde ineficiencias del sector industrial americano hasta problemas geopolíticos, cambios tecnológicos, crecimiento económico; en fin, un variado elenco de objetivos con una herramienta anacrónica, que rompe una larga tradición de acuerdos internacionales que abogan por una mayor cooperación y el crecimiento económico global, basado en ciertas reglas. Esto eran los antiguos acuerdos de aranceles del GATT y los actuales de la Organización Mundial del Comercio para favorecer el comercio mundial, el librecambio y el crecimiento económico. Algunos esperan que las barbaridades trumpistas no vayan muy lejos. No se fíen. Es posible que las grandes áreas económicas como la UE tengan la fortaleza suficiente como para amortiguar los peores efectos, pero tendrá un impacto negativo. Estamos viviendo cosas inéditas, que creíamos haber superado como la guerra de Ucrania o el genocidio de Gaza y ahora nos llega el matonismo de Trump. Como decía El Roto en una viñeta, Hemos pasado de Occidente al Farwest. Las decisiones políticas tienen consecuencias, el voto es importante y a veces se desprecia alegre e irresponsablemente. Habrá que recordárselo especialmente a los jóvenes, y no tan jóvenes, en cada momento y especialmente cuando toquen elecciones.
Suscríbete para seguir leyendo
- Más detalles sobre el joven zaragozano desaparecido en Valladolid: guía del Imserso y vulnerable
- La UCO descubre que la trama del socio de Aldama blanqueó 59,6 millones con criptomonedas, viviendas y coches de lujo
- Cazan' con un radar en Zaragoza a un conductor a 124 kms/h en un tramo de 50 en un punto muy recurrente de multas
- Así resolvió la Guardia Civil un asesinato: metió en la cárcel al principal testigo para que no lo mataran a él también
- Qué comer en el restaurante con el mejor menú por menos de 16 euros de Zaragoza
- Chollazo inmobiliario en Zaragoza: ático de 145 m2 por 90.000 euros
- Fallece la hija de Mariano Ortega a los 19 años
- Planas no garantiza que se incluya a las provincias de Zaragoza y Teruel en las ayudas por la sequía