Opinión | TALENTO Y EMPLEO

‘Ghosting’ laboral: el silencio que deja huella

Vivimos en una era de hiperconexión, donde la inmediatez y la sobrecarga de información han cambiado la manera en que nos comunicamos. El spam profesional y vital es una realidad: recibimos mensajes no solicitados, correos masivos sin personalización y contactos impersonales que solo buscan algo de nosotros. En este contexto, el ghosting laboral –esa práctica de ignorar a alguien sin dar respuesta– se ha convertido en algo habitual, aunque no por ello correcto.

Lo preocupante no es solo que ocurra, sino que se ha normalizado hasta el punto de ser casi una estrategia aceptada en el mundo profesional. Reclutadores que no responden a candidatos tras una entrevista, profesionales que desaparecen en mitad de un proceso de selección, empresas que prometen dar respuesta y nunca lo hacen... ¿De verdad queremos seguir funcionando así?

El problema no es la falta de tiempo, es la falta de consideración. El argumento más común para justificar el ghosting es el clásico «no tengo tiempo». Pero, seamos honestos: sí lo tienes, solo que no lo consideras lo suficientemente importante como para invertirlo en ello. Si alguien ha dedicado tiempo a llamarte, a enviarte un mensaje personalizado o a entrevistarte, lo mínimo que merece es una respuesta, aunque no sea la que espera. Ignorar no es profesional, ni humano.

En el ámbito laboral, el respeto es bidireccional. Así como un candidato espera una notificación sobre el estado de su candidatura, una empresa también merece saber si alguien ha decidido retirarse de un proceso. Aquí no hay buenos y malos de la película. Todos jugamos en el mismo tablero y todos deberíamos actuar con la misma ética.

Cuando una empresa ignora a sus candidatos tras una entrevista o después de realizar pruebas de selección, está enviando un mensaje claro: «Tu tiempo no nos importa». Esto tiene consecuencias directas en su marca empleadora. No basta con decir que se valora el talento, hay que demostrarlo con hechos. Un simple mensaje de respuesta puede marcar la diferencia entre una buena y una mala reputación corporativa.

Del mismo modo, un candidato que desaparece sin previo aviso durante un proceso de selección o que no informa cuando pierde el interés por una vacante está dañando su propia marca personal. El mundo laboral es pequeño y las conexiones importan. Hoy ignoras, mañana te ignoran.

Uno de los mayores problemas en el mundo profesional es la incapacidad de decir no con claridad y respeto. Muchos evitan responder por temor a una conversación incómoda, pero la realidad es que un no a tiempo es mejor que la incertidumbre. No responder no evita el problema, solo lo agrava.

La solución no es complicada: si participaste en un proceso de selección y decidiste no continuar, dilo. Si entrevistaste a alguien y no será la persona elegida, infórmalo. No necesitas escribir un ensayo ni justificarte en exceso. Un mensaje breve y claro es suficiente para cerrar el ciclo con profesionalidad.

Aplicar la famosa regla de oro de nuestras abuelas –«No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti»– en el mundo laboral podría evitar muchas frustraciones. No se trata de ser excesivamente formal ni de perder horas en cada interacción, sino de actuar con responsabilidad y respeto.

No responder es una decisión, no una casualidad. Y como toda decisión, tiene consecuencias. En un mundo donde las conexiones lo son todo, la forma en que gestionamos nuestras relaciones profesionales define quiénes somos y cómo queremos ser percibidos.

Así que la próxima vez que pienses en dejar un mensaje sin contestar, recuerda: un minuto de tu tiempo puede marcar la diferencia entre ser alguien profesional o simplemente alguien más que desaparece.

Y ahora, ¿qué harás tú?

El ghosting laboral no es solo un problema ajeno, es una práctica que, de una forma u otra, hemos normalizado. Pero, si queremos que el mundo profesional sea más humano y respetuoso, debemos empezar por nuestras propias acciones.

Así que te dejo algunas preguntas para reflexionar: ¿Cuántas veces has ignorado un mensaje o una candidatura sin darte cuenta del impacto que podía tener en la otra persona? Si estuvieras en el otro lado, ¿cómo te gustaría que te trataran? ¿Realmente no tienes tiempo para responder o simplemente no lo has considerado una prioridad?

¿Cómo mejorarían las relaciones laborales si todos practicáramos una comunicación más clara y honesta? ¿Qué imagen de ti o de tu empresa estás proyectando cuando decides no responder?

El respeto y la profesionalidad no requieren grandes esfuerzos, solo pequeñas acciones conscientes. Así que, cuando vuelvas a estar en una situación en la que puedes contestar o ignorar... ¿qué decidirás hacer?

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents