Opinión | LA COMEDIA HUMANA

Patriotas, vasallos y sinvergüenzas

Hay un color del patriotismo que pinta la cara de los sinvergüenzas. Samuel Johnson, un escritor y crítico inglés del siglo XVIII, acuño una frase aún más lapidaria: el patriotismo es el refugio de los canallas. En España ha habido siempre figuras empanadas rellenas de patriotismo, o sea, que nunca ha faltado aquí esa modorra febril; pero ocasionalmente, el patriotismo, ya de por sí una inflamación bulbosa de la razón, adquiere dimensiones monumentales, tipo Valle de los Caídos, valle patriótico donde los haya. La cosa es que el patriotismo, a veces, no es más que un rebozo falso del que se presume a tanto la hora, porque trae beneficios al patriota hiperventilado. Un par de gin-tonics también exacerban el patriotismo, recordamos aquella cena de militares en la reserva, (en la reserva en todos los sentidos); alguno de aquellos héroes sin comprobar estaba dispuesto a fusilar a media España para salvar a la otra media en un par de horas a la mañana siguiente, después de la moña. O sea, que el patriotismo de cierta tropa da buenos ratos a unos, pero a otros les sale muy rentable.

A la MAGA del americano Trump naranja y sus muñecos, por ejemplo, no parará de rendirles beneficios. Los multimillonarios van a gobernarse empezando por quitarse controles y demás tonterías para sus negocios, y ahorrarán a su patriótica parroquia buena parte de los impuestos para Hacer América Grande Otra Vez (para ellos)

Hay además un payaso figurante que hace de presidente argentino (o al revés) que al parecer habla con un perro difunto y se ha inventado el chiste de la motosierra –que igual ni sabe arrancar–. Esta especie de pin, casi siempre bien cafeinado, divierte a la secta patriótica MAGA y le han dejado hacerse una foto con ellos en el último akelarre. Allí también apareció nuestro Haragán I de España. Otro patriota que ha jurado vasallaje al señor naranja y a su monaguillo, y que también va prosperando en su larga vida de emprendedor de nada en absoluto. Ni un jornal cotizado fuera de la política y ahí le tienen, sin problema con la hipoteca de casi un millón. Y ni nos extraña ni nada.

A ver si nos aclara a qué patria rendirá vasallaje, porque a su España grande libre y de las JONS, su nuevo patrón igual le hace algún roto con los aranceles y demás porquerías. Pasa mucho en la historia. Hay quien salva patrias matando de hambre –o de lo que sea– a patriotas de verdad. De éste, menos mal, nos salva que ni siquiera le da.

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