El nuevo Hitler

El nuevo Hitler y sus muñecos diabólicos colonizan la información, la contaminan y están dispuestos a dominar el mundo. No es una broma, estimados lectores, está siendo una cruel realidad.

El nuevo Hitler se llama Donald Trump, es norteamericano, rubio, gordo y multimillonario; y estamos en pleno siglo XXI. Parece un payaso sacado de un reality show semanal, solo o acompañado de su socio Elon Musk y del inefable Milei, con su motosierra (ellos son sus muñecos diabólicos). Esos tres bufones hablan en serio cuando hacen declaraciones públicas avisando y gritando al mundo (sobre todo a Europa) de que podemos estar cerca de la III Guerra Mundial, si no se negocia con ellos.

Lo dijo claramente el presidente de la Comisión de Exteriores, un diputado ucraniano, refiriéndose a Putin (el gran socio de Trump en Europa): «Negociar con Putin es hacerlo con Hitler. Es un mentiroso patológico». Un panorama desolador el que nos brindan estos personajes que intentan practicar un Imperialismo nazi rebozado de IA, juegos infantiles para dar miedo, tipo el payaso diabólico, amenazas de guerra y exterminio contra el diferente, emigrantes, la igualdad y el cambio climático. Incluso se atreve a retar a la vieja Europa financiando, con oscuras donaciones, a los ultras alemanes. Las elecciones en Alemania del domingo han sido históricas, con el auge espectacular de Alternativa para Alemania, el nuevo nazismo como segunda fuerza en ascenso. Por los pelos podrán gobernar el CDU con los socialdemócratas. Como dato interesante han votado más a los partidos ultras en la Alemania del Este, y los hombres (no tanto las mujeres) de 25 a 45 años. Parece ser que los trabajadores confían más en los partidos de la derecha que en los de izquierda porque echan la culpa a los emigrantes de que les quitan trabajo. Ese viejo mantra utilizado y repetido con simplismo por la derecha y los ultras funciona bien en personas que solo se informan en las fake news y en la reiteración del mensaje, como ya hacía el temible Goebbels. De la misma forma ha funcionado esta manipulación de la información con Donald Trump en EEUU donde una mayoría de latinoamericanos le votan y apoyan el estado de emergencia con México, por temor a que les quiten lo poco que tienen. El egoísmo y la insolidaridad del pobre puede ser tremendo ante la ignorancia.

El nuevo Hitler americano ha llegado a vender el drama de la esclavitud como placer, utilizando imágenes de presos emigrantes arrastrando cadenas para convencer de que es mejor echarlos: con lemas como «Quédate en México» o camisetas con la grafía «Latinos por Trump».

Este delirio del trumpismo conlleva al espectáculo servido en imágenes, como pasó en la cumbre de la derecha estadounidense con la presencia del presidente argentino Javier Milei al regalar una de sus simbólicas motosierras a Elon Musk, que la puso en funcionamiento al grito de «¡Esta es la motosierra de la burocracia!», provocando los aplausos de un público rendido a quien ha iniciado una campaña feroz de despidos de funcionarios. Y este hombre con aspecto neonazi es la mano derecha de Trump a quien amplía poderes para recortar la burocracia o apoyando sus ansias de expansión de sus tentáculos empresariales en Europa. La puesta en escena en el despacho Oval de la Casa Blanca para comparecer ante la prensa fue otra exhibición del payaso Elon con su hijo de cuatro años subido sobre sus hombros para responder a los medios de comunicación, mientras el presidente Trump, en segundo plano, sentado a su lado, tras la mesa del despacho, le miraba con beneplácito. Así, utilizando a un niño pequeño para conseguir portadas, permaneció durante 30 minutos dialogando con los periodistas, con declaraciones explosivas.

Este es el nuevo estilo de propaganda de los primeros espadas de Trump. El espectáculo histriónico lo pone Musk con sus bufonadas, y el serio su vicepresidente, J. D. Vance con sus violentos ataques lanzados contra las democracias europeas. Toda una ofensiva política contra el Estado de Derecho, sobre el que está construida Europa después de la victoria sobre el nazismo.

Trump cada día firma órdenes para «abolir tonterías» e ir al grano: dominar el mundo, de la mano del hombre más rico del mundo. Sí, ese Musk enloquecido que practica el saludo nazi delante de las cámaras, y quiere poner de rodillas la grandeza y la cultura de Europa.

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