Opinión | UNA MIRADA AL FRENTE

Batacazo en la izquierda global

Las elecciones presidenciales en EEUU del pasado otoño arrojaron como resultado la proclamación como presidente a Donald Trump. Durante la campaña electoral, los mass media españoles no trasladaron la realidad de lo que allí estaba ocurriendo, puesto que dio la impresión, por lo que percibimos desde sus informaciones, que Kamala Harris se haría con la presidencia o que había un resultado muy ajustado. Los resultados fueron aplastantes, Trump se hizo con 312 votos electorales, frente a los 226 obtenidos por Harris.

De todo lo escrito de esas elecciones, me quedo con las declaraciones de Berni Sanders del partido demócrata: «No debería sorprendernos demasiado que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado a él. Mientras los líderes demócratas defienden su statu quo, el pueblo estadounidense está enojado y quiere un cambio. Y tienen razón». Hasta los hispanos terminaron apoyando a Trump, en base a sus políticas antiinmigración, alegado que «los inmigrantes deterioran sus condiciones sociolaborales al ser una mano de obra barata».

En las elecciones de Alemania, el batacazo del SPD (Partido Socialista Alemán) también ha sido monumental, con una pérdida de 9,29 puntos porcentuales, lo que significa un 36,41% menos del resultado que obtuvo en las elecciones del 2021. Olaf Scholz perdió la Cancillería alemana tras «una amarga derrota». Según datos del medio alemán Tagesschau, el SPD ha perdido un 14% del voto de los trabajadores, un 10% de los parados y un 11% de los pensionistas. AfD, el partido de extrema derecha, ha duplicado sus votos y ha dado sorpaso al SPD, aumentado su voto procedente de los trabajadores, ¡y de los parados! ¿Qué está pasando?

Francia, Holanda, Austria, también están inmersos en esa deriva, ¿nadie se pregunta por qué? El paradigma político español no guarda mucha distancia con el resto de países europeos mencionados anteriormente. El escritor Arturo Pérez-Reverte lo describió, sucintamente, hace un par de semanas en su artículo de opinión El triste precio de la estupidez. Hartazgo es la palabra que utiliza; recuerden, Sanders utilizó enojo. Su afilada pluma no deja títere con cabeza de esa izquierda incapaz de mirarse al espejo y hacer autocrítica. Una prueba de ello es el último Congreso del PSOE.

Resulta fácil vaticinar que Pedro Sánchez se dará de bruces contra el suelo la próxima contienda electoral. El estruendo que produzca irá en función del momento. El tiempo no juega a su favor.

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