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Zaragoza

El hecho fáctico de irse de una mesa de diálogo

Reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF)

Reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) / A. Pérez Meca - Europa Press

Lo que ocurrió esta semana en la reunión de un órgano tan espeso como el Consejo de Política Fiscal y Financiera fue que el PP decidió dar plantón al Gobierno. Por eso los consejeros de Hacienda de las comunidades autónomas gobernadas por el PP se levantaron y se fueron, no por decisión de los ejecutivos regionales. Fue un gesto organizado desde Génova. Y, eso sí, lo hicieron antes de que se entrara a abordar el asunto en la reunión para así ni abstenerse ni votar que no por si resulta que después hay que aceptar la condonación de la deuda.

Es una reclamación legítima la de los populares que no se puede retrasar por más tiempo el nuevo modelo de financiación, ya que el actual es del 2014. Pero el hecho fáctico (como diría Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana) de levantarse de una mesa de diálogo no es nada democrático. Tan legítima es la postura del Gobierno central como la del PP, por eso hay que dialogar y llegar a un entendimiento y el consejo es el lugar.

Ese órgano coordina las políticas del Gobierno central y de las comunidades, no decide. Y desde que se creó en 1980 nunca había habido un desplante de estas características. Porque el acto de rebeldía fue contra Cataluña, no por el hecho de no hablar del nuevo modelo de financiación. Porque además, si se abriera ahora ese debate (que hay que hacerlo) el PP quedaría en una posición muy débil, ya que las posturas entre las comunidades gobernadas por los conservadores están muy enfrentadas. Igual que en el PSOE.

El caso es que el PP no quiere saber nada de condonar la deuda, probablemente en el Congreso, cuando se vote la ley, lo harán en contra pero luego querrán aprovecharse de esa ley ya que habrá sido aprobada por la mayoría parlamentaria de la investidura. Y será luego, cuando los gobiernos regionales tendrán que firmar convenios bilaterales con el Ministerio de Hacienda en los que, casi con toda seguridad, dirán sí a la condonación, con todos los matices que pongan. Ya dijo Azcón que habrá que leer «la letra pequeña» de la ley.

Y es que lo negativo de condonar la deuda es que el Gobierno no condicione esa decisión. Es decir, que las comunidades tengan que comprometerse a algo. Perdonar a cambio de nada es malo, pero esta decisión viene avalada por muchos expertos y no es nuevo. El ministro Montoro ya la ofreció durante el Gobierno Rajoy, aunque el PSOE no aceptó entonces. Y en Alemania el gobierno federal lo ha hecho en ocasiones con los Länder. Mancomunar la deuda, no es malo porque con ese dinero Aragón y otras comunidades se ahorrarán lo que pagan en intereses y podrán tener más fondos para los servicios públicos que tan menguados económicamente están.O eso dicen todos los políticos.

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