Opinión | APUNTES AL MARGEN

Europa al gimnasio

La desgracia de que un Trump todavía más imprevisible sea presidente puede que tenga algo bueno. Europa se está dando cuenta de que tiene que ser autónoma. Además, cualquiera puede ver que cada uno de sus países por separado poco pueden hacer, salvo rendir pleitesía a un emperador o a otro. Hay voces que llevan ya un tiempo hablando de esto: Mario Draghi, Enrico Letta, Borrell. Las reglas del juego han cambiado, y esto se parece más a la ley de la selva, así que toca ir al gimnasio para que los matones se lo piensen dos veces. Europa necesita un entrenamiento completo de resistencia, fuerza, agilidad e inteligencia.

Resistencia: Hemos comprobado lo que supone la dependencia del gas y el petróleo extranjeros por lo que tenemos que avanzar aún más rápido con las energías renovables. Ojo, no por el medio ambiente (que también), sino porque son nuestras y no de Putin, ni de los jeques.

Fuerza: Europa, desgraciadamente, necesita un ejército disuasorio y con cierta capacidad de actuación para no depender de nadie, y para hablarles de tú a tú a los Trump, Erdogan, Putin y Netanyahu del mundo. Hay que mejorar los ejércitos europeos y sobre todo coordinarlos para que sean efectivos. Hay que empezar a pensar en un ejército común europeo. Pero la fuerza no reside fundamentalmente en el ejército, sino en lo que lo sostiene, que es la capacidad productiva del país. Europa necesita reindustrializarse, y eso pasa por tener industrias propias y empresas grandes a nivel europeo que puedan competir con los gigantes de EEUU y China.

Inteligencia: Nuestra industria y nuestro ejército serán poco útiles si no son punteros y para ello Europa necesita desarrollar tecnologías propias e incrementar el I+D y la innovación. De nada servirá reindustrializarnos si es con tecnologías obsoletas o dependientes. Para ello hay que incrementar el gasto en investigación y fomentar los perfiles técnicos.

Agilidad: La toma de decisiones en Europa siempre es demasiado lenta. Los desafíos que ya están aquí obligan a ser más ágiles. Eso de que un país pueda vetar un acuerdo de los otros 26 se tiene que acabar. Quizá sea el momento de implementar la Europa a varias velocidades, y el que quiera que vaya más lento, pero que no fastidie a los demás.

Europa es la cuna de los derechos humanos, la democracia, el pensamiento, la revolución científica, la industria y la ilustración, pero ha vivido de rentas mucho tiempo y está un poco anquilosada. Entrenar y hacer dieta es duro, pero es la mejor alternativa para mejorar la salud y sobre todo para vivir en la selva que viene.

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