Hospital Nuestra Señora de Gracia

Por voluntad de Alfonso V el Magnánimo, se levantó hace seis siglos el Hospital Real Nuestra Señora de Gracia, más tarde conocido como Hospital Provincial, una de las instituciones más antiguas de España y centro hospitalario pionero en Aragón, con clara vocación de acoger con especial dedicación a los enfermos desheredados y sin recursos; también desde el primer momento se distinguió por su humanidad hasta alcanzar la consideración de primer hospital de la cristiandad. Tras su destrucción durante los Sitios, quedó ligado al amparo y abnegación de las hermanas de la Caridad de Santa Ana, ya en su ubicación actual, en el entonces conocido como Hospital de Convalecientes.

Los continuos bombardeos de 1808 lo dejaron totalmente arrasado. Pero lo que nunca se perdió fue su tradición humanitaria y espíritu filantrópico, con las puertas siempre abiertas a todo paciente que deseara acogerse a su tutela, así como también se ha distinguido por su carácter precursor en el tratamiento de diversas patologías. Un peculiar atractivo del Hospital es su Farmacia, la cual, según señala Ignacio Andrés, data de 1881; en ella aún se generan fórmulas magistrales que no pueden encontrarse fuera del establecimiento; también se conservan tarros de cerámica de una antigüedad superior a doscientos años, con plantas medicinales, ungüentos y antiguos fármacos, génesis, quizá, de un futuro museo.

A lo largo de su última época, el Hospital ha visto pasar cuatro generaciones de los doctores Val-Carreres, así como figuras de la talla de Ramón y Cajal, como practicante en calidad de ayudante interino de anatomía. Por lo demás, durante toda la ya larguísima historia de esta institución, sus facultativos han gozado de un respeto del que carece todo el personal sanitario en la actualidad, víctima de frecuentes agresiones verbales e incluso físicas.

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