Opinión | SALIDA DE EMERGENCIA
Un día no cualquiera
Si el ventanal que cayó del instituto Pedro de Luna a pocos centímetros de una mujer llega a golpearle poco importaría la respuesta de la DGA
Paseaba como cualquier otro día por las calles cercanas a su casa porque llovía y no era cosa de llevar a sus dos galgos hasta el Ebro: la lluvia no les gusta y en días así el paseo se acorta y el regreso a casa siempre es una fiesta. Ella, se llama Luzía Meavilla, iba pensando en sus cosas y como la lluvia empezaba a arreciar se arrimó de forma inconsciente hacia la pared del instituto Pedro de Luna cuando una ventana, incluido su marco, cayó a tan solo a unos centímetros de ella y de sus perros. Recuerda que enseguida fue atendida por el personal de instituto -director y profesores- que le explicaron la situación de dejadez del centro por parte de Educación del Gobierno de Aragón y le dijeron que de menuda se había salvado. Luzía era consciente, porque si aquel enorme ventanal hubiera impactado sobre ella o sus perros todo hubiera sido mucho más feo y sin querer se sintió envuelta en un ataque de pánico al recordar el ruido que azotó la calle cuando el ventanal se precipitó sobre la acera.
Dicen que la posibilidad de que una teja te dé en la cabeza es sumamente improbable, lo es mucho más que un ventanal de un instituto público se desplome sobre el suelo a tan solo unos centímetros de tu cuerpo, básicamente porque hay muchas más tejas que ventanales en los institutos públicos en la ciudad de Zaragoza, pero si todo se va dejando en abandono, permitiendo que los centros donde estudian nuestros chicos y chicas se vayan empobreciendo, estas cosas pueden ocurrir y de hecho ocurrió el pasado martes porque la falta de interés y la ausencia de mantenimiento por parte de Educación llevan consigo que algunos centros estén en situaciones deficientes, solo salvada por el gran esfuerzo del profesorado que lucha por normalizar el abandono y sacar a esos chavales adelante.
Desde los despachos del Pignatelli las cosas se escuchan con un eco distorsionado y desgraciadamente en muchas ocasiones es necesario que suceda algo así para que las quejas formuladas desde el centro sean atendidas. Porque si a Luzía le llega a pasar algo de gravedad poco importaría la respuesta que pudiera dar Educación ante un hecho así. Hubo suerte; sin embargo, sí existe un daño personal ante el miedo y el recuerdo de aquel instante que tiene tras de sí la dejadez de la administración, algo imperdonable y más en edificios vivos que acogen a diario a cientos de alumnos de entre 11 y 17 años.
Suscríbete para seguir leyendo
- El multimillonario José Elías, en Zaragoza: «España es una potencia energética y solo Aragón se ha dado cuenta»
- Colapso' de la Seguridad Social en Zaragoza: atasco de expedientes y 'descontrol' de bajas médicas
- Gabi limpia el aire
- Gabi no pierde de vista a Saidu
- Aragón cuenta con dos nuevas deducciones autonómicas para la campaña de la Renta 2024-2025
- Instalaza, el fabricante zaragozano de armas, logra un contrato de 31 millones para el Ejército
- El huracán Gabi Fernández y el primer gol del Real Zaragoza
- La plaza del Pilar ganará espacio con la demolición de dos construcciones