Opinión
Pilar Alegría da la vuelta al PSOE aragonés
La nueva líder socialista cambia el rumbo de un partido cuyo éxito depende del rearme de la izquierda y de su capacidad para marcar un perfil propio en defensa de los intereses de Aragón

Pilar Alegría, el día que presentó su candidatura. / RUBÉN RUIZ
El PSOE de Aragón comienza este 16 de marzo de 2025 una nueva era con el liderazgo de Pilar Alegría, la mujer que quiere conquistar el Pignatelli en 2027 y que será nombrada hoy secretaria general de los socialistas de la comunidad. El paso al frente de Alegría supone un punto de inflexión para un partido que se ha ido apagando, poco a poco, tras los resultados de las elecciones autonómicas y municipales de 2023, pero que hoy parece volver a despertar. Casi dos años después, la también portavoz del Gobierno asume el reto mayúsculo de intentar competir de tú a tú con el presidente del PP en Aragón y del Ejecutivo autonómico, Jorge Azcón. Por tanto, desde ya se abre un horizonte en el que el debate político cobrará fuerza en una comunidad que puede presumir, pase lo que pase, de tener dos líderes que no darán un voto por perdido en la segunda parte de una legislatura que hasta ahora ha resultado plácida (salvo por la salida de Vox de la DGA) para el PP.
Pero serán varios los desafíos que tiene por delante Pilar Alegría. El primero será ser capaz de coser las heridas de una formación que parece retomar la senda de la unidad. La nueva Ejecutiva, que refleja una profunda renovación de personas en la estructura del partido, da una idea de cuál es la estrategia diseñada para recuperar el pulso, la ilusión y los votos perdidos. El Congreso del PSOE Aragón, en definitiva, es el mejor termómetro para calibrar esta resurrección y revela el cambio de rumbo respecto a la etapa anterior, la de un Javier Lambán que ha optado por no asistir al cónclave, lo que certifica que todavía quedan algunas heridas por cerrar.
Pero Alegría ha de mirar también más allá si quiere conquistar el Pignatelli. En los dos años que quedan por delante tendrá que calibrar la capacidad de las fuerzas de la izquierda para hacer un frente común. La conquista del poder por parte de los socialistas aragoneses pasa por el rearme de la izquierda o por la audacia de Alegría para aglutinar voluntades en torno al PSOE. La debilidad de Podemos y las incógnitas que se ciernen sobre el futuro de CHA e IU pueden beneficiar al socialismo aragonés, siempre que este sea capaz de atraer a esos votantes. Porque enfrente estará un PP, que, siendo rehén de los caprichos de Vox, cuenta una sólida base de votantes.
Aragón vivirá un debate político en el que Alegría pondrá el acento en los problemas que atraviesa la sanidad, la educación y los servicios sociales, mientras que Azcón tratará de subrayar la capacidad de la comunidad para atraer inversiones y generar riqueza
Pilar Alegría tendrá otros escollos que salvar, entre los que figura ser al mismo tiempo secretaria general del PSOE aragonés y portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez en un momento de máxima inestabilidad política en el escenario nacional. La dificultad de Sánchez para recabar apoyos de Junts, ERC y del resto de fuerzas parlamentarias (incluido Sumar, que forma parte de su Gobierno) abren un horizonte de incertidumbre al que se agarrará el PP de Azcón con el objetivo de minar la imagen de una líder que tiene un pie en Madrid y otro en Aragón. También será bien distinto el discurso de ambos partidos respecto a cuál es el modelo de España y qué encaje tiene la comunidad en él, con la financiación autonómica, la condonación de la deuda y los peajes que ha de pagar Sánchez a Cataluña para mantener su gobierno hasta el final de la legislatura. Esa, quizá, será la principal piedra en el camino que tendrá que salvar Alegría para llegar a buen puerto.
Pilar Alegría, no obstante, asume el liderazgo del PSOE aragonés con confianza, según aseguran fuentes internas del partido, si bien su hoja de ruta puede verse alterada por decisiones que no dependen directamente de ella y que están vinculadas con la convocatoria de elecciones generales y autonómicas, algo que compete a Pedro Sánchez y a Jorge Azcón, respectivamente. El presidente de Aragón ha descartado una convocatoria anticipada cada vez que se le ha preguntado por este asunto, pero conviene no olvidar que, por ahora, no cuenta con una mayoría parlamentaria tras la salida de Vox del Gobierno y todo apunta a que tendrá que prorrogar el presupuesto autonómico. Esa debilidad y la capacidad de Alegría como líder del PSOE pueden activar el botón rojo en cualquier momento.
Hasta entonces, Aragón vivirá un debate político en el que Alegría pondrá el acento en los problemas que atraviesan la sanidad, la educación y los servicios sociales, mientras que Azcón tratará de subrayar la capacidad de la comunidad para atraer inversiones y generar riqueza. Estos dos asuntos serán el hilo argumental de una campaña electoral que comienza mañana mismo y que concluirá en 2027. O quizá antes, quién sábe.
Pilar Alegría ha dado la vuelta al PSOE aragonés, pero está por ver si es capaz de dar la vuelta al mapa político en la comunidad. El reto es mayúsculo
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