Opinión

Aragón encuentra oro en la tecnología

The Wave demuestra el potencial de la comunidad para generar un ecosistema digital que debe nacer de la colaboración público-privada, la formación y la atracción de talento

Dos jóvenes compiten en The Wave.

Dos jóvenes compiten en The Wave. / LAURA TRIVES

Aragón tiene asumido que su futuro pasa por dar un salto tecnológico que le lleve a ser un referente en la nueva economía digital del siglo XXI. Quizá no entraba en sus planes hace apenas una década, pero la comunidad ha comenzado a recorrer un camino que entonces parecía intransitable. Y lo hace de forma decidida y con convicción, tal y como ha quedado demostrado durante la celebración de la segunda edición del foro tecnológico The Wave, una apuesta que en solo dos años ha sido capaz de visibilizar Zaragoza como uno de los epicentros en los que ya se habla y se hablará (y mucho) de inteligencia artificial, centros de datos, start ups, emprendimiento, formación y talento durante los próximos años. De lo contrario, ni la capital aragonesa ni la comunidad serán lo que deberían ser.

Durante las tres jornadas de The Wave, el Palacio de Congresos del recinto Expo ha arrojado más luz sobre cuál es el destino que le espera a una economía aragonesa que ha de estar guiada inexorablemente por la tecnología. Varias son las razones, pero la fundamental es que no hay otra alternativa. Desaprovechar la inercia, el caudal de ilusión y talento y el momento sería imperdonable.

Aragón tiene muchas ventajas competitivas para afrontar el reto, pero la más importante es que ha encontrado oro en un sector que va a impregnar todo el tejido productivo en los próximos años. La comunidad ha logrado en los últimos años diversificar su economía y apuntarla gracias al desarrollo de la industria, la agroalimentación, la energía, la logística, los servicios y el impulso del sector biosanitario. Con esos cimientos, la tecnología actuará en estos sectores de forma transversal y elevará las prestaciones y la eficiencia de cada una de estas actividades, que verán multiplicar su competitividad hasta niveles impensables. El gran motor de este cambio será, por tanto, la tecnología.

Desaprovechar la inercia, el caudal de ilusión y talento y el momento que atraviesa la comunidad sería imperdonable

La comunidad está de enhorabuena porque la apuesta de las administraciones, las instituciones aragonesas, los centros tecnológicos y las universidades públicas y privadas apuntan en esa misma dirección, y eso es mucho. Lo han podido comprobar durante estos días ponentes de primer nivel, que han detectado el potencial de Aragón. Google, Microsoft, Amazon Web Services, Inetum, Tik-Tok. Linkedin, IBM, NTT Data y Adidas, entre muchas otras firmas, han sido testigos del ecosistema que se está creando poco a poco en la capital aragonesa y que ya se está trasladando al resto de la comunidad. El mensaje parece haber calado con fuerza en los dos últimos años en los foros tecnológicos a escala nacional e internacional. Y eso, ser capaces de generar imagen de marca, reputación y expectativas, es un intangible cuyos resultados no son medibles hoy pero lo serán en los próximos años. La huella que ha dejado The Wave, dentro y fuera de Aragón, y entre quienes tienen mucho que decir y que decidir puede ser imborrable. 

No obstante, la apuesta tecnológica de la comunidad va mucho más allá de un foro, una idea o un deseo. La llegada de centros de datos con inversiones milmillonarias, sumado a la eclosión de firmas tecnológicas locales y la llegada de importantes consultoras del ámbito nacional e internacional son la mejor prueba de que algo se está cociendo.

Otro de los proyectos que están llamados a ser un revulsivo de la ola tecnológica que ya se avista es el Distrito Tecnológico de Aragón (DAT Alierta), en el que se van a invertir 100 millones de euros y que se convertirá en un referente para las empresas, además de impulsar la formación. Será una cantera de talento, tan necesaria o más que las propias inversiones que se han anunciado. El escenario que se proyecta junto al campus Río Ebro impulsará el cambio hacia esa nueva economía digital de la mano de empresas y multinacionales del sector, del Instituto Tecnológico de Aragón (ITA), el centro de innovación de i+D+i (Circe), el campus tecnológico de la Universidad de Zaragoza y la puesta en marcha de un edificio que albergará ciclos tecnológicos de FP. 

Aragón, en definitiva, está en disposición de tejerse un esperanzador futuro tecnológico a base a una estrategia muy definida, una colaboración público-privada eficaz y una apuesta por intangibles cuya base es el talento y las personas.

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