Opinión | Miel, limón & vinagre

Anna Castillo: llegar a princesa sin ser monárquica

A sus 32 años, su papel de regenta de España en la serie ‘Su majestad’ la mantiene como una de las actrices españolas más sólidas

Anna Castillo.

Anna Castillo. / EPE

¿Se imaginan una Princesa de España a la que le gusta la fruta, como diría la presidenta Ayuso? ¿Una regenta joven que se vuelve disc jockey para pinchar el himno de España en la discoteca o que visita el picadero de su padre, el Rey, junto a los magistrados del Tribunal Supremo tras una cena? Mientras seguimos esperando un The Crown español podemos fantasear con Su majestad, la serie de ficción creada por los guionistas de Vaya Semanita y Ocho apellidos vascos que Prime Video estrenó el 27 de febrero y se posicionó en el Top 1 en menos de 24 horas, con la actriz Anna Castillo (Barcelona, 1993) como princesa Pilar, regenta de España.

"Entiendo las ventajas de nacer en una burbuja de privilegios y protección, pero yo no querría esa crítica constante, esa falta de anonimato y de libertad", ha recalcado la intérprete en los bolos promocionales, admitiendo, por si acaso, que aunque ella no es monárquica, le caen bien tanto la reina Letizia, de la que destaca sus dotes comunicadoras, como la princesa Leonor. La propia Castillo define a Pilar como "muy disfrutona, frívola, altiva, insolente y un poco vaga. Tiene muchas cosas que detesto, pero posee orgullo, algo que me gusta bastante". No olvidemos que se trata de una comedia y sátira política (no haré espóiler) con ciertos guiños a los Borbón.

Con este personaje, la catalana se mantiene como una de las actrices españolas más sólidas. A sus 32 años, la intérprete no solo cuenta con dos Goya –por El Olivo (en 2017) como actriz revelación y por Viaje al cuarto de una madre (2019) como mejor actriz secundaria–, sino con un premio a la trayectoria, en 2020, del Festival Internacional de Cine de Huesca, por "poseer una capacidad innata en todo tipo de géneros y formatos".

"De pequeña lo que más me divertía era inventarme ser otra gente. Le decía a mi madre que de mayor quería ser alcohólica o prostituta, y ella me contestaba que igual quería ser actriz", recordaba a la agencia EFE. Con solo siete años inició su formación. Con 12, se unió al grupo musical SP3 como cantante y bailarina, y con quince se incorporó a uno de los programas infantiles referentes de la Televisió de Catalunya, Club Super3.

Después llegaron el largometraje Blog (2010); el musical A de Nacho Cano; el reparto en series como Doctor Mateo y Amar es para siempre, o el musical La llamada, de los Javis, en cuya adaptación cinematográfica posterior también participó y por la que fue nominada a otro Goya. Y a partir de entonces, toda una concatenación de series y películas, a la par que nominaciones a premios, como por su interpretación en Girasoles silvestres (2022). La diversidad de papeles en los que se ha desdoblado es tan amplia que resulta imposible resumirlos. Como contraste al de Pilar, destacaría el de Nati, una de las cuatro discapacitadas intelectuales que comparten piso tutelado en la serie Fácil (Movistar Plus+).

En lo personal, Anna Castillo agrada porque es simpática, dicharachera y una tía normal. También porque está acostumbrada a no esconderse. No lo hizo cuando mantuvo una relación de cinco años, hasta 2022, con la fotógrafa Lara Blanco. "Mi bisexualidad la descubrí ya de mayor. En todo lo que tenga que ver con visibilizar y normalizar, me comprometo plenamente", confesó entonces.

Recientemente, en el podcast Estirando el Chicle revelaba: "Estos dos últimos años los he empleado en viajar, estar con mis amigas, mi novio, comer … es decir, vivir. Llevaba muchos años sin parar de trabajar". Anna Castillo y Álvaro Mel se conocieron en noviembre de 2022 durante el rodaje de la serie Un cuento perfecto (Netflix). Juntos han lanzado una cuenta en Instagram (@conceptdate) para recomendar lugares donde comer dependiendo de la ciudad o de si es tu primera cita, vas de cerves, estás con las amigas… Incluso ha bautizado como Glassy a su propio cóctel con ginebra. "Si no hubiera sido actriz, hubiera sido algo gastronómico", dijo en La Revuelta.

Sin complejos, concisa y clara, ella se ve "sana a nivel emocional, muy práctica y la más fiestera de todas mis amigas". "Soy bastante de barrio, y de pequeña era un tanto chula para salir bien parada de los vaciles. No me molesta el conflicto, pero cada vez me enfado menos y lo gestiono desde el respeto". En la actualidad, está rodando un remake del clásico de Jaime de Armiñán Mi querida señorita, dirigido ahora por Fernando González Molina. Pero lo que se desconoce es si la volveremos a ver en una segunda temporada de Su majestad para, como la propia Anna justifica, "reírnos de nuestro país y de dónde venimos". Porque, como bien sabemos, reírse de uno mismo es un acto de inteligencia.

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