Opinión

La era de los sátrapas

Maltrecha la democracia liberal, políticos como Erdogan se enseñorean del mundo entre el alborozo mayoritario de la especie que les vota

La penúltima ha sido de uno de los consabidos: Erdogan. Aprovechando el ruido ambiente (Palestina, Israel, Trump, Putin, Ukrania) ha encarcelado en un pispás al alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, miembro del Partido Republicano del Pueblo y candidato con posibilidades de ganarle las próximas elecciones. Ya en 2016 el mismo Erdogan encarceló a miles de opositores, aprovechando un conato de golpe de estado muy raro. Ocurre en Turquía que parte de los jueces son independientes pero otros sirven al partido del régimen, justo como en este otro país de cuyo nombre nos acordamos perfectamente. Pero Turquía es, ay, un gigantesco portaviones USA, y además es nuestro centinela de oriente frente al islamismo radical. Erdogan es islamista moderado, según parece, y vende cara su posición internacional. A Europa le saca unos miles de millones al año para contener la inmigración, mejor dicho, para regularla, según nos portemos nos suelta a más o menos personas de los tres millones y medio de refugiados que alberga, y parte de cuyo gasto paga Europa. Seguro que llega todo a los destinatarios, ¿verdad?.

Quiere decir esto que el bueno del alcalde preso lo tiene crudo, porque el mundo ya ha gastado todo su escándalo con Israel (que sigue masacrando como si nada, mientras encuentra el modo de echar de Gaza a los que queden vivos) y los que nos queda de escándalo es para la banda de dementes que mandan en Washington; no nos da el día para protestas. Y eso sin contar lo del terruño, que aquí el inútil del presidente Ventorro sigue «reconstruyendo» Valencia, a ver si llega a lo de la paga, hombre, mujer.

En fin, que maltrecha la democracia liberal, los sátrapas se enseñorean del mundo entre el alborozo mayoritario de la especie que les vota. Les votan hasta que los que les hacen de alfombra, pero los humanos somos capaces de cosas así, sobre todo si no requieren inteligencia.

El equilibrio inestable que se alcanzó tras de los millones de muertos de las dos guerras europeas ha durado pues hasta aquí. Augures, Iluminados, lunáticos y simples cretinos ya lo iban diciendo desde sus observatorios en Raticulín, donde envían a sus corresponsales aún más tronados. Pero ahora va en serio. Mandan los sátrapas: en la aldea, como en los gobiernos más importantes del planeta. El Joker naranja envidia a Putin y Xi Ping porque mandan sin democracias ni mandangas, y aquí hay quien añora la democracia orgánica, aquel engendro de cuando aquel otro engendro, Franco. ¡Cosas veredes!

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents